_
_
_
_

El doble papel de la 'número dos', fuente de problemas

Carlos E. Cué

En mayo de 2008, cuando empezaron a circular los primeros rumores que apuntaban que Dolores de Cospedal sería la nueva secretaria general, Mariano Rajoy despejó balones con los periodistas: "No voy a desvestir un santo para vestir otro". Todos entendieron que Cospedal, entonces reciente líder del PP castellanomanchego, quedaba descartada. Pero Rajoy optó finalmente por ella con una fórmula inaudita en España: la hizo secretaria general, pero la mantuvo como baronesa regional y candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha en 2011. Esto es: con la misma ropa vistió dos santos.

Desde el primer momento, Cospedal ha sufrido muchos problemas al tratar de ejercer las dos funciones a la vez. Sus críticos la acusan de no ejercer de secretaria general, de concentrarse sólo en su candidatura, lo que, señalan, sumado al estilo particular de Rajoy, provoca un claro desgobierno en el partido con los efectos conocidos.

Lo cierto es que en la sede del partido están convencidos de que la victoria en Castilla-La Mancha es posible, y las encuestas son favorables. La proyección que le da ser secretaria general del partido le ha sido muy útil en esta región donde, en caso contrario, un candidato en la oposición lo tendría muy difícil para lograr impacto en los medios de comunicación. Sin embargo, siempre que Cospedal debe optar entre su gorro de secretaria general y el del líder regional, apuesta por este último.

La guerra del agua

Así ha sido en la batalla del agua. El partido defiende a nivel nacional los trasvases, y ella, temerosa de que el PSOE local la arrastrara en una polémica eterna, firmó un Estatuto que acaba con el del Júcar-Segura. Eso le provocó una enemistad con el valenciano Francisco Camps que explica algunas de las tensiones que mantuvieron a la hora de enfrentarse al caso Gürtel.

Ahora es la energía nuclear. Como secretaria general, Cospedal la defiende, al igual que Rajoy, pero como líder del PP castellanomanchego pide que el almacén se lo lleven a otra parte. Claro que si gana en 2011, señalan en Génova, nadie se acordará de todas estas incongruencias. Todos celebrarán el éxito en una tierra vedada para el PP -el PSOE encadena mayorías absolutas desde 1980, primero con José Bono y ahora con Barreda, como sucede en Extremadura y Andalucía- y Rajoy, que también confía en recuperar Baleares y Aragón, se animará mucho porque lo considerará una prueba de que el camino a La Moncloa en 2012 estará absolutamente despejado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_