Los sindicatos asumen las bajas de la fusión aunque exigen negociarlas

Los tres sindicatos mayoritarios de Galicia (UGT, CC OO y CIG) creen que tarde o temprano las cajas tendrán que recortar oficinas y personal. Por eso las 1.296 bajas que la auditoría de la fusión ve necesarias para que el proyecto sea viable les parecen asumibles, aunque con matices. "No deseamos ninguna medida traumática, pero si con criterios objetivos se nos da este dato y se nos dice que las cosas van por ahí, no nos vamos a poner un velo en los ojos". Es la opinión de UGT expresada por Ernesto Fontanes, secretario de la Federación de Servicios.

En el sindicato CIG lo respaldan. "Estamos en un escenario distinto del de octubre, hablamos de una fusión paritaria, no una absorción, y la auditoría marca un camino, aunque tendrán que decidirlo las cajas", asegura Clodomiro Montero, su responsable de banca. Para la central, el camino será difícil, pero es "el menos malo" de los posibles. "Pensemos que en cualquier alianza externa perderíamos unos 800 puestos en los servicios centrales de cada una de ellas". El secretario general de CC OO, Xosé Manuel Sánchez Aguión, cree que el coste laboral será asumible mientras no sea "traumático" y se negocie: "Nosotros calculábamos una pérdida de 800 puestos, tendrán que argumentar con datos esos mil y pico". Las tres centrales reclamarán, si se da el caso, un pacto global dentro de un protocolo "que dé seguridad a la plantilla". Ayer, desde el BNG, su portavoz de Economía, Fernando Blanco, aseguró que la reducción de empleo es "sin duda lo más preocupante de la auditoría, pero habría que preguntarse cuál sería la merma en la plantilla de ambas cajas por separado en un escenario a corto plazo, en los próximos dos años". "Con o sin fusión, habría prejubilaciones, como hay planteadas ahora mismo en todo el sistema financiero", aseguró.

Comisiones calculaba que el recorte de plantilla sería de 800 puestos

"Si las cosas van por ahí no nos pondremos un velo en los ojos"

Los costes sociales también se expresan en la caída proyectada de la obra social que, en opinión de Blanco, es "consecuencia directa de un beneficio que se va a resentir, ya que son coeficientes sobre las ganancias lo que suele establecer su importe". A su juicio, "la contracción de los fondos probablemente no llegaría a la mitad de lo que destinarían ambas cajas por separado". Una opinión unánime entre PP, BNG y los técnicos de la Consellería de Facenda es que tanto Caixa Galicia como Caixanova "no pueden seguir solas"; es decir, su viabilidad no está garantizada en un escenario a medio plazo, en los próximos dos años. Y ese escenario se dibuja en la auditoría como muy duro, según fuentes de las cajas, con previsiones "bastante pesimistas, tanto en lo que respecta a la evolución del negocio como a cuestiones como la morosidad". Caixa Galicia y Caixanova están a la espera de conocer más detalles sobre la auditoría. En cualquier caso, descartan poder acceder al informe completo porque algunos datos que maneja son confidenciales.