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Artur Mas advierte de que será culpa de CiU si no vence al tripartito

El líder de CiU quiere un gobierno fuerte que deberá tomar medidas difíciles

CiU otea que la travesía del desierto toca a su fin. Arropado por unas encuestas cada vez más favorables, Artur Mas fue proclamado ayer candidato a la presidencia de la Generalitat por tercera vez consecutiva para las elecciones previstas para este otoño. Ante un aforo de 700 militantes de Convergència Democràtica (CDC) y Unió (UDC), Mas avisó de que será sólo culpa de la federación si no recupera la Generalitat y conquista en 2011 el Ayuntamiento de Barcelona. "El cambio está en marcha", aseguró Mas. "El otro día de me lo decía Xavier Trias: 'Si no salimos, la culpa será nuestra'. Pues lo mismo pasa en Cataluña. El listón está alto, pero la responsabilidad será exclusivamente nuestra".

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La carrera electoral ya ha empezado y CiU, por ahora, saca ventaja al PSC, según reconocían el sábado los mismos socialistas en un vídeo con mucho humor. La federación nacionalista dio ayer el pistoletazo de salida a su precampaña designando a Mas en un acto en el monasterio románico de Sant Benet, en Sant Fruitós de Bages. El 97,7% de los consejeros de Convergència apoyó a Mas -sólo uno votó en contra-, que después recibió un larguísimo aplauso al grito de "¡Mas, president!" en reconocimiento a esa travesía del desierto de siete años que él mismo reconoció que tuvo momentos muy duros.

Quizá fue un guiño a la militancia de Unió, pero Mas inició su discurso parafraseando al religioso Casaldaliga, que definió a los cristianos como soldados derrotados al servicio de una causa invencible. "Los que nos enviaron al desierto o al medio del mar", afirmó en alusión al tripartito, "quizá nos dieron por acabados y derrotados. No sabían que nuestra causa era invencible y que el gen convergente es duro de pelar y que lleva el ADN de Cataluña", exclamó ante un auditorio puesto en pie.

En un tono filosófico, Mas señaló que ha aprendido que el Gobierno es un instrumento para cambiar la realidad y no un fin en sí mismo e invitó a su militancia a propagar la ilusión por el cambio. "Que nadie se equivoque: no queremos venganza ni pasar cuentas", dijo. Escarmentado por la agresiva campaña de hace cuatro años, en que un vídeo ridiculizó al tripartito, Mas avisó de que en esta precampaña ha dado una única instrucción: que sea en positivo. "No se trata de destruir a nadie. Hay que tener el espíritu de reconstrucción de este milenario monasterio", apuntó.

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Y en esa tesitura dijo que hablará bien poco del tripartito, del que dijo que tiene más pasado que futuro y al que quiere reducir a una "anécdota irrelevante en la historia de Cataluña". Eso sí: hizo esta sola mención al vídeo del PSC que bromea sobre cómo a los deportistas que van primeros se les puede escapar al final un triunfo. "Antes de cruzar la meta, el PSC tuvo que bajarse del coche, empujar entre tres, tener el juez a su favor y retocar el Photoshop". Ni una palabra sobre el Estatuto ni la polémica en Vic por la inmigración. Mas pospuso las líneas de su programa al mitin del día 31 en Vall d'Hebron, en Barcelona. Pero dio una pincelada de cómo quiere que sea el futuro: "No quiero un gobierno hipotecado y que lleve muletas desde el primer día, sino un gobierno fuerte, con liderazgo potente, capaz de tomar decisiones que quizá no siempre serán fáciles ni contentarán a todos, pero sí harán avanzar al país".

Duran, Pujol y Mas, ayer en el monasterio de Sant Benet de Bages.
Duran, Pujol y Mas, ayer en el monasterio de Sant Benet de Bages.GIANLUCA BATTISTA

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