Más 'mirós' para la Miró

La colección de la Fundación Miró de Barcelona ha crecido. Nada menos que con 17 obras sobre papel de tamaño mediano, realizadas entre los años 1931 y 1953, que, por su calidad y envergadura, suponen un refuerzo importante del recorrido expositivo. Las obras son un depósito de la familia de Emili Fernández Miró, nieto del artista, que las ha dejado con un acuerdo de cesión de cinco años prorrogable.

Se exhiben en la sala octogonal de la fundación, ya que es la que mejor permite adecuar la iluminación a la fragilidad del papel. Este espacio es la guinda de la nueva instalación de la colección permanente, centrada en la renovación de la iluminación y que, francamente, incorpora pocas novedades en la distribución de las obras más allá de la mejora del apartado divulgativo. La reforma ha sido financiada con una parte de los dos millones de euros que ha aportado el Departamento de Cultura para la reforma del edificio.

Fernández Miró explicó que la familia está negociando con La Caixa venderle el Mas Miró de Mont-roig del Camp -modelo del famoso cuadro La masía- y crear allí un centro cultural destinado principalmente a talleres y seminarios, pero que incluiría también un apartado expositivo sobre la fundamental influencia de este escenario en la obra del artista. "Intentamos negociar con la Generalitat o el Ayuntamiento de Mont-Roig, pero no hubo interés", explicó ayer. "Ahora veremos qué pasa".