Dos gestores decisivos

Decía Napoleón que ninguna estrategia sobrevive al contacto con el enemigo. Los planes que el Barcelona y el Madrid trazaron en el verano han sido superados por los imprevistos. Por el camino han cobrado especial protagonismo los entrenadores, obligados a resolver problemas sobre el terreno. Guardiola y Pellegrini han adoptado medidas decisivas en la conformación de sus equipos -en 17 jornadas de Liga ninguno ha repetido once titular- y en el destino de un campeonato encaminado hacia el duelo de dos. En los últimos cinco meses Guardiola se ha visto obligado a gestionar cinco competiciones con una plantilla de calidad, pero corta. Como autor del plan del Barça, el técnico culé ha experimentado menos que su homólogo. Pellegrini, como un aparejador, se ha limitado a trabajar sobre un proyecto ajeno. Mientras que Guardiola ordenó las altas y las bajas, el chileno cumplió órdenes. Recibió la plantilla que le dieron y afrontó solo las decisiones más trascendentales, como postergar a Raúl. En ambos equipos han perdido fuerza las figuras tradicionales para dar paso a jugadores emergentes. En la Liga el resultado ha sido casi el mismo: 43 y 41 puntos.