El precio de tres títulos
El técnico del Barça ha encarado el exigente calendario corto de recursos
El Barça huye de su propia sombra como gato escaldado, consciente de que cualquier comparación con el curso pasado saldrá negativa. Lo dijo Guardiola nada más empezar el trabajo de pretemporada: "No comparemos con el curso pasado, porque perderemos siempre". No parece que se le haya hecho mucho caso, porque a estas alturas de la temporada, el Barça está vivo en las tres competiciones y comanda la tabla liguera, no con la autoridad numérica del año pasado (le sacaba 11 puntos al segundo, el Valencia, y 12 al Real Madrid, que era tercero) pero sí con suficiente jerarquía como para no poner en duda su trabajo.
Los futbolistas y el cuerpo técnico azulgrana se esfuerzan en repetir que ni pesan las piernas ni andan saturados por la competición, pero lo cierto es que con una plantilla más corta, en estos cinco primeros meses de competición, los futbolistas han tenido que jugar tres finales -sin contar los duelos en la Champions, que lo parecieron- acumulando muchos más minutos que hace un año.
La falta de efectivos ha propiciado que el técnico haya repetido tres alineaciones
Messi ha jugado ocho partidos seguidos de titular; el año pasado no pasó de cuatro
"La gran diferencia con el curso pasado es que entonces ganamos tres títulos en mayo y ahora, en enero, ya llevamos otros tres", aseguraba un destacado miembro del cuerpo técnico en el Aeropuerto del Sur, en Tenerife, después de la goleada en el Heliodoro Rodríguez. Tiene razón. El Barcelona de las seis copas remite a un año incomparable, 2009, pero se fraguó a caballo entre dos temporadas. Una obviedad a menudo olvidada lejos de la Ciudad Deportiva Joan Gamper, donde trabaja Guardiola y su equipo, que ha vivido bajo una exigencia marcada por un calendario tremendo y el recuerdo del triplete.
Más allá de competir por la Supercopa de España y la de Europa nada más empezar, el Barcelona ha cerrado el año afrontando los dos partidos del Mundial de clubes. Pero eso estaba previsto. Lo que se escapó a cualquier control fue el sorteo del grupo de la Champions. Tembló Guardiola al conocer los rivales y el calendario. El tiempo le dio la razón. Si había un hueso en el segundo bombo era el Inter, y contra el Inter tocó jugar, y en el cuarto, que en teoría albergaba las peritas en dulce, tocó el único hueso, el Rubin Kazán. Los tártaros, para colmo, con su victoria en el Camp Nou tensaron al equipo hasta el límite, lo que no permitió a Guardiola dar descanso a sus hombres.
"No hemos podido dar descanso como nos hubiera gustado, así que es normal que se fueran de vacaciones saturados", reconocen en el cuerpo técnico. Nunca se han quejado públicamente del fondo del armario, pero tienen claro cómo les ha complicado la vida afrontar un calendario tan exigente con una plantilla muy corta. Guardiola no ha podido dar tregua a sus hombres, porque cuando no se disputaba un título, se jugaron llegar a octavos en la Champions. Siendo cierto que el año pasado empleó a 23 jugadores por 22 este curso, también lo es que la participación de algunos esta temporada es casi anecdótica (Jeffren o Jonathan, por ejemplo) y que, además, ahora, en un trance crucial del año, se ha quedado sin el concurso de Keita y Touré, seguramente los hombres más fuertes del grupo.
La plantilla le ofrece menos opciones y el calendario le exige más, así que resulta normal que en lo que va de curso haya repetido hasta tres veces alineaciones (jugaron los mismos en la final de la Supercopa europea que ante el Inter de Milán; repitió once contra el Dinamo de Kiev y frente al Rubin Kazán y, por último, usó los mismos frente al Racing que contra Estudiantes). El año pasado, a estas alturas, sólo había repetido alineación en dos partidos (Numancia y Almería).
Precisamente por eso, el núcleo duro del plantel acumula más minutos que antaño. Es muy evidente en el caso de Piqué (de agosto a diciembre de 2008 jugó 17 partidos, por 21, incluida una racha de ocho partidos seguidos de titular, en el mismo periodo de 2009), en el de Xavi, (lleva 2.510 minutos este curso, por 1.918 el pasado), y hasta en el de Ibrahimovic, que ha jugado más que Eto'o (1.810 por 1.720 minutos).
Nada más paradigmático, en ese sentido, que Leo Messi: suma 1.993 minutos por 1.716 del año pasado. Además, ha soportado la presión añadida que supuso la penosa fase de clasificación para el Mundial que debió afrontar con Argentina. Nunca Messi jugó como titular cuatro partidos seguidos el año pasado, mientras que este curso, de la visita a Milán hasta el partido contra el Zaragoza, entre el 16 de septiembre y el 25 de octubre, ha disputado ocho seguidos. Con todo, el Barça sigue vivo en tres competiciones y ya ha ganado tres títulos. En 31 partidos oficiales, dos derrotas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.