El reloj de la presidenta atrasa

Esperanza Aguirre, presidenta regional, compareció ayer ante los medios por primera vez en 2010. Lo hizo con un reloj nuevo al que incluso le quitó el plástico que protegía la esfera. No lo miró, pero lo manoseó durante buena parte de su intervención. A tenor de sus palabras, parece que el reloj de la presidenta atrasa. Aguirre ha comenzado el año de la misma forma que terminó el anterior: arremetiendo con dureza contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y exhibiendo las bondades de su ideología liberal.

La dirigente popular reunió por la mañana a todos sus consejeros para celebrar un Consejo de Gobierno "deliberante". No hubo ningún acuerdo, ni se tomó alguna decisión. Los responsables regionales repasaron las medidas que aprobaron durante el curso pasado para enfrentar la crisis y buscaron nuevas soluciones. Aunque ayer hubo pocas novedades.

La presidenta no desperdició la oportunidad para calificar la situación económica española como "catastrófica". Y contrapuso su modelo económico liberal de rebajas de impuestos con el del presidente Zapatero. La Comunidad de Madrid tiene poco margen para retocar impuestos. Por eso, aunque aprueben deducciones fiscales, éstas afectan poco al bolsillo de los madrileños.

La intención de Aguirre consiste en comparar su gestión al frente del Gobierno autónomo con la de los socialistas en el Ejecutivo nacional. Aunque la gestión de ambos sea difícilmente comparable por las competencias atribuidas a unos y otros.

En una de las cosas en las que ha cambiado Aguirre ha sido en cortar tajantemente los insistentes rumores sobre un nuevo cambio de Gobierno. "No. No pienso remodelarlo en 2010", sentenció. Habrá que estar atentos al reloj.