Celaá ratifica que el testimonio de las víctimas será tema evaluable en la escuela
Los testimonios de víctimas del terrorismo constituirán un temario "obligatorio" dentro de la asignatura de Educación para la Ciudadanía en la red pública y concertada de Euskadi el próximo curso y los alumnos serán evaluados sobre los conocimientos que adquieran de ellos. La consejera de Educación, Isabel Celaá, despejó ayer las incógnitas planteadas sobre la plasmación del compromiso del Gobierno de llevar a las aulas el relato de las víctimas del terrorismo, aunque precisó que serán los centros educativos quienes decidan si su testimonio se escucha con la presencia física de afectados o de forma virtual. Celaá precisó en una entrevista en Radio Euskadi que se recogerán testimonios de todas las víctimas de la violencia, tanto de las de ETA como de los GAL, y aseguró que la iniciativa "no busca politizar la educación, sino que los alumnos adquieran valores fundamentales para su formación como personas".
A partir del próximo curso escolar, esta materia se integrará como tema dentro de la asignatura de Educación para la Ciudadanía que reciban los alumnos de sexto de Primaria y de segundo de ESO tanto en la red pública como en la concertada. Los alumnos serán evaluados sobre el conocimiento que adquieran en torno a la cuestión del sufrimiento de las víctimas, aunque todavía no se han definido qué criterios se seguirán. Esto se concretará en las modificaciones curriculares de la asignatura que se introduzcan el próximo mes de marzo, explicó la consejera. Los profesores que den la asignatura recibirán formación específica sobre esta materia a través del programa Garatu.
Educación para la paz
Celaá ha pedido que no se considere la presencia de las víctimas en las aulas como "un tótem o un tabú". "Lo importante es conocer su testimonio, ya sea física o virtualmente, a través de otros medios que decidirán los centros".
La iniciativa se enmarca en la revisión del Plan Vasco de Educación para la Paz y los Derechos Humanos 2008-2011 que han realizado varios departamentos del Gobierno socialista, principalmente los de Educación e Interior, tras una experiencia piloto desarrollada en media docena de centros. Consideró que el plan original, realizado por el tripartito de Ibarretxe, no tenía la suficiente "radicalidad", al difuminar el terrorismo dentro de todas las violencias y poner reservas al "testimonio de las víctimas del terrorismo como elemento pedagógico".
