Las excavadoras cruzan la frontera
Las constructoras españolas compensan en el exterior la menor actividad doméstica
Las divisiones encargadas del negocio internacional de las grandes constructoras españoles han trabajado a tope este año. El objetivo era compensar fuera la fuerte caída de actividad en la mayor parte de sus negocios en el mercado doméstico. A punto de cerrar 2009, la estrategia parece haber dado sus frutos. Aun cuando la mayor parte de las constructoras no ha logrado evitar una caída de sus ingresos, ésta hubiera sido mucho mayor de no haber contado con la aportación internacional, en la que algunas han batido auténticos récords de contratación. "Nuestra apuesta por el mercado foráneo ha sido muy acertada. Dada la situación en España, se ha comprobado que no hay más manera de crecer que en el exterior", explican en FCC.
Ganan contratos no sólo por sus precios competitivos sino por su experiencia
Las empresas se adelantaron a la crisis del ladrillo en su aventura exterior
Pese a que FCC bajó sus ingresos a septiembre en un 8,6%, su caída hubiera sido más acusada de no haber logrado un incremento de su facturación internacional del 2%, que le ayudó a compensar la caída del 13,2% en España. También ACS logró, pese a que vio sus ventas domésticas caer en un 1,1%, saldar los primeros nueve meses del año con un crecimiento del 2% debido al crecimiento de su área exterior, que fue del 14,3%. Otra constructora que ha logrado suavizar el menor negocio en España es Sacyr, cuyos ingresos han crecido hasta septiembre en un 12,3% hasta los 4.487 millones de euros. Buena parte de esa subida vino del extranjero.
También Ferrovial, que logra el 65% de sus ventas fuera de España, ha logrado compensar en parte el descenso del negocio doméstico en el frente internacional. Por ejemplo en construcción: mientras que la facturación nacional de este segmento caía un 16,1%, en el resto del mundo lo hacía sólo en un 1,9%. Otro negocio exterior que aportó crecimiento fue su filial británica de servicios, Amey, cuyas ventas crecieron el 7%. En Ferrovial reconocen que los negocios del exterior han sido claves. "Este año nos adjudicamos dos autopistas en Tejas y una en Polonia, que aportan gran valor tanto al negocio de autopistas como al de construcción". Además, los aeropuertos de BAA y las autopistas de Chicago empiezan a recuperar su pulso.
Hay que tener en cuenta que el esfuerzo de búsqueda de negocio exterior, materializado en contratos firmados a lo largo de este año, se nota, de momento, básicamente en las carteras de contratación. Los ingresos por estas obras empezarán a fluir a lo largo de los próximos años. Éste es el caso de contratos como el del Canal de Panamá (Sacyr) o los cuatro estadios de Polonia (FCC). Son apenas dos ejemplos. Todo indica que 2009 quedará como un año casi imbatible en materia de obtención de contratos en el exterior: decenas de adjudicaciones por valor de miles de millones de euros. Casi todas las grandes constructoras españolas se han hecho con adjudicaciones millonarias en el exterior: autopistas, puentes, estadios, desalinizadoras, depuradoras de aguas, centros de gestión de residuos en los cinco continentes... Entre los 30 mayores contratos logrados por Sacyr, FCC, ACS, Acciona o Ferrovial, 12 están en Europa, 5 en Estados Unidos, 5 en Latinoamérica y 3 en Asia-Pacífico.
"Sólo con las dos obras más importantes que hemos conseguido este año, la del Canal de Panamá y la autopista Pedemonatana en Italia, hemos elevado nuestra cartera en unos 4.500 millones de euros", explican en Sacyr. Esto sin contar dos desalinizadoras gigantescas, una en Australia y otra en Israel, proyectos de varios centenares de millones de euros. Igual de exultantes están en FCC. Un portavoz explica que el ritmo de adjudicaciones supera todo lo conocido. "Este año nos hemos hecho con grandes obras de infraestructura (autopistas, estadios...) en toda Europa Central, hospitales en el Reino Unido y en Irlanda, obras de abastecimiento de agua en México o aprovechamientos hidroeléctricos en Portugal", apuntan desde FCC.
Tan fuerte ha sido el incremento, que algunas carteras de obra han pegado saltos de gran calibre. La de Sacyr (por obras y servicios) ha crecido nada menos que un 56,5% hasta los 54.126 millones. Y el 66% de esa cartera (35.615 millones) procede de contratos y adjudicaciones fuera de España. En ACS, que logró en los primeros nueve meses cerca de 50 adjudicaciones fuera, la cartera internacional alcanza ya el 32,4% del total. En FCC creció un 7,3% hasta los 35.103 millones.
De resultas de este crecimiento de las ventas exteriores, sumadas al menor volumen en España, algunas de nuestras constructoras están a punto de facturar ya casi más dinero fuera que dentro. FCC facturó hasta septiembre de este año el 44,1% fuera de España. Y Ferrovial, uno de los grupos con mayor presencia exterior, incrementó el peso de su área de construcción internacional en los nueve primeros meses del año desde el 38,4% al 42,5% del total del segmento. Este dinero no viene, en el caso de FCC, de América Latina o países en desarrollo. El 88% de su negocio exterior vino de Europa, un 5% de Estados Unidos y sólo un 8% del resto del mundo.
Pero, siendo cierto que los contratos de construcción han jugado un papel decisivo en el aumento del negocio exterior, no hay que olvidar que los demás segmentos en los que estas empresas se han hecho fuertes, como el medio ambiente, los servicios o las renovables también han tenido un papel determinante. Más aún que en la construcción internacional, ACS ha logrado su aumento de facturación por el fuerte incremento en medio ambiente (un 10,1% más) y servicios industriales (un 7,0%), que le permitieron compensar la caída general en la construcción, de un 8,6%. También Sacyr ha logrado parte de su aumento de facturación a partir de su división de medio ambiente, que creció casi el 12% hasta los 675,6 millones de euros, buena parte de ella del extranjero. Igual que Ferrovial, que ha logrado su mayor incremento de cartera en el área servicios (un 8,8% más), mientras que la de construcción ha caído globalmente en un 6,7%.
Sería erróneo suponer que las constructoras españolas se acordaron de los mercados exteriores tras la caída del negocio inmobiliario y de la obra pública en España. La apuesta internacional viene de lejos. FCC, por ejemplo, adoptó la decisión de buscar otros mercados en 2006, cuando vendía fuera sólo el 9% del total. "Ese año diseñamos un plan para crecer con adquisiciones de empresas de construcción o medio ambiente", explica un portavoz. Una de sus principales adquisiciones fue la austriaca Alpine.
No fue la única. Sacyr compró la lusa Somague, que le ha dado acceso a todo el mercado de lengua portuguesa. "A través de ella estamos haciendo obras en Portugal, Angola, Mozambique y hasta Brasil", explican fuentes de la compañía. Además, esperan hacerse con algún contrato de estadio para el Mundial de Fútbol de Brasil. La compra de la italiana SIS fue igual de decisiva para crecer en ese país.
De todos modos, nada de eso hubiera servido, insisten en el sector, si las empresas españolas no hubieran sido capaces de hacerse con un conjunto de habilidades competitivas en una serie de segmentos. "Estamos en primera línea de innovación y know-how" afirman en FCC, empresa que ha reforzado todas las áreas organizativas para asumir un mayor número de obras y ofertas. Ese nivel de calidad es, insisten en el sector, la clave. El secreto, por ejemplo, de las esclusas del Canal de Panamá. "Alguien ha dicho que habíamos ganado por precio", comentan en Sacyr. "Y es cierto, ganamos por precio, pero quedamos también primeros en la calificación técnica, porque presentamos la mejor solución para resolver el problema", concluyen. -
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.