Alternativas para eludir el canon

A la SGAE le ha salido un rival serio: el Creative Commons, una empresa americana sin ánimo de lucro que en España tiene como socia a la Universidad de Barcelona desde 2003.

Los profesores del centro catalán intentaban publicar material docente siguiendo el ejemplo del Massachusets Institute of Technology, que ideó un sistema de licencias propio que después se adaptaría a la legislación sobre propiedad intelectual española. En él, "el autor puede elegir hasta qué punto cede su derecho de uso, desde la libertad total hasta versiones más restrictivas", explica Paula Cerdeira. Es la directora de Marketing a Medida, una pyme de Vigo que adapta el uso en empresas de obras musicales -y de otro tipo- de modo que éstas eludan el canon dentro de la legalidad. "No tiene nada que ver con descargas gratuitas", puntualiza Cerdeira.

Creative Commons no va en contra de los derechos de autor, sino que ayuda a ceder algunos de ellos con ciertas condiciones. Por ahora el catálogo de creaciones "liberadas" es pequeño. Nada que ver con el repertorio protegido y gestionado por la SGAE, que abarca más de tres millones de obras dramáticas y coreográficas, composiciones musicales de todo género (sinfónicas, jazz, pop, rock y flamenco) y audiovisuales como largometrajes, cortos, documentales o series de televisión. Los autores declaran sus creaciones en la sociedad, y éstas pasan a formar parte del repertorio protegido. Cada vez que una de estas obras se interpreta, graba, representa, emite o proyecta, su autor percibe los derechos que le corresponden.