La comunidad internacional condena la violencia de la policía

La represión violenta de las manifestaciones del domingo en Irán suscitó ayer la condena de las cancillerías occidentales, que expresaron su preocupación por la espiral de violencia en la que se ha sumergido el país desde hace seis meses. La comunidad iraní en el exilio también organizó concentraciones de protesta en tres de las capitales europeas donde es más numerosa, Berlín, París y Londres, frente a las respectivas embajadas de Irán y a las que asistieron centenares de personas.

Estados Unidos fue el primer país en reaccionar al condenar el domingo la Casa Blanca la "injusta represión" de los ciudadanos y dijo que estaba del lado de los manifestantes, mensaje corroborado ayer en idénticos términos por el presidente Barack Obama. Por su parte, ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, un país que se ha distanciado de Teherán en los últimos meses, se dijo "inquieto" y pidió "contención", informa France Presse.

La Unión Europea, por medio de la presidencia rotatoria que ocupa Suecia, denunció la grave violación de los derechos humanos que supone el uso de la fuerza bruta y las detenciones arbitrarias de manifestantes. "La presidencia condena el uso de la violencia contra manifestantes que aspiran esencialmente a ejercer su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica", expresa el comunicado publicado ayer, informa la agencia Efe.

En otro duro comunicado de condena, la canciller alemana, Angela Merkel, calificó de "inaceptable" el violento proceder de las fuerzas de seguridad iraníes contra los manifestantes de la oposición y apremió a Teherán a respetar los derechos civiles de la población. "Insto a Irán a que cumpla con sus deberes internacionales de respeto de los derechos cívicos y políticos, en especial la libertad de expresión, y a que no restrinja el derecho a la manifestación pacífica ni la reprima con violencia", indicó Merkel en el comunicado.

Reino Unido, Francia e Italia también publicaron comunicados oficiales. El ministro de Exteriores británico, David Miliband, dijo que "era particularmente inquietante escuchar informaciones sobre la falta de contención de las fuerzas de seguridad".