Te regalo mi roscón

El hambre de aprender a cocinar incluye dominar los dulces. En las fechas navideñas proliferan los interesados, y por tanto los cursos, en crear galletas, panes artesanales y, por qué no, el tradicional roscón de reyes.

Varias escuelas de cocina madrileñas ofertan clases intensivas en esta materia dulce. La faena empezó en diciembre, pero en estos días y en la primera semana de enero hay oportunidad de aprender cómo se da forma a un roscón. Por satisfacción propia o para sorprender a familiares y amigos. Incluso se puede regalar por Reyes una clase. Hay variedad de precios: 45, 50 y 65 euros; de horarios: dos horas y media o cuatro, y grupos: 18 personas, una docena o sólo ocho. En un caso se conocen los secretos del roscón y se prueba la obra colectiva y en otros cada cocinilla se marcha a casa con su propio roscón y todos los aditamentos decorativos (incluida la sorpresa, la caja y la coronita), además del delantal y las recetas. Lo básico es huevo, harina, mantequilla, leche, agua de azahar, peladura de naranja y, según gustos, toques de fruta escarchada o frutos secos o un chorrito de ron en la mezcla. Pero las escuelas optan por el roscón básico, sin relleno de crema o nata.

Hay mucha afluencia masculina en los cursos de pan y bizcochos

Aunque las manos femeninas suelen encargarse del menú festivo en casa, hay mucha afluencia masculina en los cursos de bizcochos tradicionales y fabricación de pan. "Es como lo de encargarse de la barbacoa o de la paella en el campo. Parece que a los hombres les gusta manejar la masa", constata Beatriz Echevarría, directora de La Cocina de Babette.

En Cooking Club (www.cookingclub.es) también hay muchos chicos que se ponen el delantal. "En el próximo curso, de doce personas hay ocho", dice su responsable, Aurora García. Esta escuela del barrio de Tetuán, especializada en adentrar a novatos en la cocina cotidiana, lleva cuatro temporadas con el monográfico dedicado al roscón. En la cita del 31 de diciembre hay lista de espera. "A la gente le encanta participar, no es lo mismo intentarlo con una receta de Internet que ponerse a ello", dice la profesora de cocina.

La veterana tienda-escuela Alambique (www.alambique.com), junto al Palacio de Oriente, ha viajado este mes por las tradiciones reposteras europeas (roscón, panetone, stöllen...), los regalos dulces para las mesas navideñas y actividades para público infantil. Ayer mismo, una docena de críos, de 5 a 10 años, se afanaban en hacer galletitas con colores y formas de estrellas y abetos (unas para comer, otras para colgar en el árbol navideño). Con paciencia, les explicaban ingredientes y manejos Luis García Berlanga (nieto del cineasta) y Primi Maier, hija de una de las responsables del centro, Gabriela Llamas (autora del libro Cocinar con Thermomix), que el 28 de diciembre dirigirá el taller Galletas entre madres e hijas. El 4 de enero, hay tiempo para aprender con el panadero Sergio Aymami el español roscón de Reyes y el francés Galette des Rois. Es el primer curso intensivo rosconero que hacen.

Es asimismo el primer año con cursos prácticos de roscón en la escuela La Cocina de Babette (www.lacocinadebabette.com), que funciona desde hace un año y medio junto al barrio del Pilar, dirigida por una licenciada en Historia y Periodismo reconvertida en cocinera tras vivir en Estados Unidos e Inglaterra. Su especialidad son elaboraciones artesanales y ecológicas (incluido el cultivo de germinados y los panes regionales, como las empanadas).

Dentro de su programa de panes festivos en Babbette enseñan a elaborar Pandoro Veronese y panes artesanos con masa madre. "Como se hacía antes el pan", explica Echevarría. En su curso de roscón se utilizan productos ecológicos e ingredientes alternativos para personas con intolerancias: aceite en vez de mantequilla o leche y sirope de agave en vez de azúcar.

Además de las opciones urbanas, hay escuelas que combinan descanso campestre con entretenimiento entre fogones. En Robledondo, El Espíritu del Bosque (www.espiritubosque.es) ofrece cursos de dulces artesanos, incluido el imprescindible roscón.