"Europa no existe"
El politólogo Sami Naïr expuso su visión escéptica del futuro de la UE - Compartió mesa redonda en Vitoria con Ramón Jáuregui
"La cumbre de Copenhague acaba de confirmar lo que ya demostró la crisis económica, que Europa no existe". Así de contundente se manifestaba ayer el reconocido politólogo Sami Naïr, que participó en Vitoria en una mesa redonda con el eurodiputado socialista Ramón Jáuregui, dentro de las actividades que organiza la Escuela de Formación Tomás y Valiente.
El debate se centraba en el futuro de la Unión Europea. Y Naïr, intelectual de origen argelino, residente en París, creador del concepto de codesarrollo, analista de la inmigración en obras como Y vendrán... Las migraciones en tiempos hostiles, se mostró muy crítico con el devenir de la UE, desde la experiencia que le da su labor como europarlamentario hasta 2004.
"La única solución de la UE es hacer del Sur una necesidad estratégica"
"No me interesa el euro. No es un proyecto para mejorar la vida diaria de la gente"
"Denuncio este relato utópico, naif, casi angélico de la Europa de estos últimos 20 años", comentó a EL PAÍS horas antes de la charla. "Sin identidad social común, Europa no existirá; los pueblos quieren ser europeos si sirve para vivir mejor, lamento que la izquierda no haya planteado en estos años un modelo alternativo al actual".
El modelo económico que denuncia Naïr está basado, a su juicio, en las reglas de un liberalismo mucho más extremo que el que se vive en Estados Unidos o Canadá. "Nadie puede controlar las multinacionales que dominan la UE. Europa es el espacio económico más abierto del mundo. No hay reguladores políticos que puedan aprovecharlo en beneficios sociales para los pueblos", explica. Y su crítica llega al propio euro: "No me interesa, no es un proyecto para mejorar la vida diaria de la gente".
Tampoco se queda a salvo de sus comentarios, la ampliación de la UE ("Todo el mundo sabía que iba a ser una catástrofe, porque el proyecto sólo era ampliar el mercado. Debería haber sido una integración más progresiva") o la identidad europea, que rechaza las relaciones con los países del sur del Mediterráneo, "la zona más conflictiva y peligrosa del mundo", en sus palabras. "La única solución de la UE es hacer del Sur una necesidad estratégica, desarrollando políticas de codesarrollo en Marruecos, Argelia o Egipto".
Sin olvidar, añade, el problema central de esta zona, el conflicto de Oriente Medio. Naïr, reconocido defensor de la causa palestina, destaca la labor de la presidencia sueca de la UE: "Por primera vez se ha trabajado en serio y se ha sacado adelante el compromiso de dos estados para la zona, con Jerusalén como capital para ambos". Menos expectativas mantiene sobre Hillary Clinton -"jefe del lobby proisraelí", la denomina-, pero entiende que sólo Estados Unidos tiene la solución a problema. "Solucionando ese conflicto, se resolverán el resto: Irak, Irán, Afganistán,...", concluye esperanzado.
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