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La Xunta basa su decreto en el programa del PP y la ley de normalización

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, niega la mayor: no había pacto sobre las líneas generales del futuro decreto del gallego con el secretario general de Política Lingüística, Anxo Lorenzo, porque su único acuerdo es "ser fiel al resultado de las elecciones y a la Lei de Normalización Lingüística". El abanico, cuando faltan 13 días para que cumpla el plazo que el presidente se dio a sí mismo a fin de sacar adelante la nueva norma, es amplio. El programa electoral del PP alude abiertamente a "la libertad de los padres" para elegir la lengua materna en que estudian sus hijos, pero la Lei de Normalización lingüística impide taxativamente segregar a los alumnos en función del idioma, tal y como propone la plataforma Galicia Bilingüe, que vigila de cerca los pasos de la Consellería de Educación.

El jefe del Ejecutivo, que, según varias fuentes consultadas, acordó con Lorenzo -cuando éste fue nombrado el pasado mayo, en vísperas del Día das Letras Galegas- las líneas maestras del futuro borrador que apostaría por que los alumnos estudiasen un tercio de las asignaturas en cada lengua, inglés, gallego y castellano, se desentendió ayer de ese pacto. Feijóo prometió también "cumplir el compromiso con los chavales de propiciarles libertad a través del conocimiento".

Los sectores urbanos del PP siguen presionando para acercarse a las tesis de Galicia Bilingüe y de momento Feijóo sólo se ha comprometido a presentar el borrador de la norma al Consello da Cultura Galega y a la Real Academia Galega, "algo que no hizo el bipartito". Ayer tampoco explicó cuánto van a contar las opiniones de estos dos organismos. "Intentaré que se enriquezca con la ayuda de distintas sensibilidades de la sociedad civil", anticipó sin atreverse a dar una fecha para su presentación.

"Consenso en la calle"

Se limitó a recordar que está a punto de ver la luz y que su intención es trasladar el "consenso que hay en la calle a la clase política". Como viene haciendo desde hace semanas, el presidente de la Xunta traslada la idea de que el debate sobre la presencia del gallego en la escuela es más político y mediático que real. Obvia de ese modo las multitudinaria manifestación en defensa del gallego que recorrió las calles de Santiago el pasado 18 de octubre y las plataformas de intelectuales en defensa del idioma.

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