La Generalitat controlará más sus informes, pero al margen del Parlament

La Generalitat recurrirá a una nueva figura, la del evaluador, para atajar la polémica por el gasto en informes externos que persigue al Gobierno catalán desde hace años. El evaluador, que podrá ser un un asesor externo y actuará a las órdenes del Gobierno y sin control parlamentario, se encargará de validar los informes que reciba la Generalitat de empresas ajenas a la Administración. Determinará si los informes y trabajos de consultoría tienen la calidad requerida para evitar así que se repitan episodios del pasado, cuando se hallaron informes copiados en buena medida de internet.

El consejero de Economía, Antoni Castells, presentó ayer las nuevas medidas de control en el encargo de informes después de que la Generalitat admitiera que en 2007 gastó al menos 700.000 euros en informes superfluos. Castells dijo que se ha buscado mejorar la eficiencia sin disparar la burocracia, pero admitió que aumentar los controles a menudo implica esfuerzos suplementarios. Además de los evaluadores, la Generalitat creará una subcomisión de control de seguimiento de buenas prácticas en el encargo de informes y obligará a cada departamento a justificarlos. Además, creará un registro público que permitirá saber a quién se encargan los dictámenes.