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Antich trata ahora de salvar el pacto con UM tras intentar derribarlo el PP

Los populares retiran una oferta de pacto y proponen una cuestión de confianza

El PP descolocó ayer al presidente de Baleares, Francesc Antich (PSOE), quien tuvo que manejar dos estrategias distintas para intentar salvar la presencia socialista al frente del pacto de Gobierno. Primero buscó la manera de desprenderse de Unió Mallorquina (UM), un aliado incómodo e inestable por los casos de corrupción que afectan a varios de sus representantes pero que le da la mayoría. Antich confió en que el PP no aprovechara la situación para sacar tajada. Pero los populares cambiaron de pronto el paso y rechazaron negociar acuerdos con el presidente autonómico. En un callejón, Antich tuvo que maniobrar para intentar restaurar el acuerdo multipartito. UM, PSOE y Bloc quieren comprometerse a seguir en el poder bajo una norma política ética, de transparencia y anticorrupción.

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La crisis sigue abierta porque los socios de centro izquierda no cerraron las negociaciones. La presión fue exterior. El PP pretende retornar al poder, sin moción de censura ni elecciones anticipadas, por renuncia del PSOE si éste queda en minoría en el Parlamento, en el Ayuntamiento de Palma y en el Consell de Mallorca.

La voz cantante del PP la lleva un hombre fuerte de la época de Jaume Matas como presidente, su ex consejero de Interior y ex secretario general de los populares baleares José María Rodríguez, que se ha hecho con el control del aparato pese a la oposición de la cúpula nacional del partido. Rodríguez es un populista que apoyó en su momento al alcalde de Andratx, Eugenio Hidalgo, condenado por corrupción a cuatro años de cárcel y al que alertó de su detención, según la fiscalía.

El golpe de timón de Antich fue evidente cuando el líder del PP balear, José Ramón Bauzá, rechazó acudir a negociar ayer a mediodía con él para buscar acuerdos concretos y dar estabilidad a un eventual Gobierno socialista en minoría. El PP exigía en todo caso que el PSOE "expulse" del Ejecutivo a sus socios de izquierda y UM. El PP anuló el encuentro entre Bauzá y Antich y reclamó a los socialistas que "se sometan a una cuestión de confianza" y "que se vayan a su casa".

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Bauzá, nuevo presidente del PP, quedó desautorizado tras haber pregonado durante dos semanas la oferta "de acuerdos en temas de Estado" con los socialistas. El PSOE dejó entrever que pretendía romper con sus aliados de UM, pero en las negociaciones puso al PP en el mismo nivel de interlocución que las minorías. La cúpula del PP se rebeló, Bauzá apenas se pronunció en el comité de dirección y no fue él quien anunció después la estrategia antipactista.

La ejecutiva socialista presionó al presidente balear para que deje de tener como socio a UM, varios de cuyos dirigentes están imputados por corrupción.

Unió Mallorquina garantizó al PSOE la aprobación de los presupuestos de 2010 y el apoyo determinante del diputado Tomeu Vicens, imputado en cinco casos de corrupción. El Bloc, socio de izquierdas, rechaza que sigan en la alianza los imputados y no desea una relación esporádica con los populares.

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