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La carrera hacia las urnas agudiza los conflictos en el seno del tripartito

El comercio y la ordenación territorial se suman a la crisis por las sucesiones

Clara Blanchar

El miércoles, Esquerra Republicana (ERC) acusó a Iniciativa per Catalunya (ICV) de actuar como lobby de los sindicatos y no tener en cuenta el interés general en la reforma del impuesto de sucesiones. ICV dijo de los republicanos que están boicoteando la reforma. El martes, los ecosocialistas fueron los únicos socios del tripartito en celebrar el tercer aniversario de las "políticas de izquierdas", que no del govern d'entesa. Fue un discreto acto en el que defendieron "la pluralidad de las izquierdas". Mientras, el Partit dels Socialistes (PSC) se ha mostrado conciliador hasta que ayer el consejero Castells, severo, advirtió a Iniciativa de que su oposición hace peligrar la supervivencia del impuesto. Toda una llamada al orden.

"Hay que mantener la estabilidad, pero no tragaremos con todo", dicen en ICV

La bronca por el impuesto de sucesiones escenifica cómo los tres socios del tripartito han aparcado la diplomacia que requiere el difícil equilibro del Gobierno que integran y están marcando perfil propio con el ojo puesto en las elecciones de otoño de 2010.

La disputa por la reforma del impuesto no es la única. El curso pasado se cerró con el buen sabor de boca del acuerdo de financiación. Pero desde septiembre, cuestión que aflora, cuestión que evidencia discrepancias. ¿Ejemplos? La laicidad en la Ley de Centros de Culto en octubre; las normas de la Oficina Antifraude aprobadas hace dos semanas; la inminente sentencia del Estatuto; la redacción de la nueva ley electoral que acaba de arrancar, en la que se deben posicionar sobre el sistema electoral, y otras dos muestras de esta misma semana: la Ley de Organización Territorial y la de Comercio, anunciadas por ERC sin que el Gobierno haya confirmado que están listas.

Ayer los socios volvieron a sentarse con el Departamento de Economía y Finanzas y, de nuevo, no hubo acuerdo. Sí reproches tras una tensa reunión que llegó a la parálisis. Si la reprimenda de Castells quedó clarísima, otro dirigente del PSC señaló que los socios deben esforzarse en transigir "en proporción inversa a su representación". ICV acusó de nuevo al PSC de haberse escorado a la derecha -al reducir su propuesta el número de contribuyentes y la recaudación- y de inmovilismo. "El PSC y ERC se están aproximando a las tesis del PP y CiU; no entendemos esta renuncia", lamentó la portavoz ecosocialista, Laia Ortiz. La tensión es tal que ya se ha preguntado en público a ICV si puede llegar a romper el tripartito. "Hay que ser responsable para mantener la estabilidad, pero no vamos a tragar con todo, nuestra meta no es gobernar, es hacer políticas de izquierdas", advierte un dirigente.Fuentes de ERC confirman satisfechas que la reforma de sucesiones "está prácticamente cerrada" entre socialistas y republicanos y tildan la postura de ICV de "dogmática e ideológica cuando la rebaja del impuesto es un clamor ciudadano". Los republicanos aseguran incluso que la reforma del impuesto contará con los votos de la oposición.

Son sobre todo los dos socios pequeños los que se acusan mutuamente y sin miramientos de actuar con fines electoralistas, al tiempo que defienden "la coherencia" de sus propias posturas. "Están desconcertados y tienen miedo ante su electorado, su referente ahora es Convergència y por eso han cambiado su planteamiento respecto al impuesto", señala un dirigente de ICV. "La legislatura se agota y se afanan en demostrar que son más de izquierdas que nadie", replica una voz próxima a la cúpula de ERC.

La oposición, sobre todo Convergència i Unió, se frota las manos con cualquier divergencia en el tripartito. Y más cuando en las encuestas aumentan su distancia respecto a las fuerzas de izquierdas. Esta semana, los representantes convergentes han tirado de ironía y han calificado la bronca por sucesiones de "sainete" (miércoles), "teatrillo" (jueves) y "baile de la Yenka" (ayer). El Partido Popular acusa al tripartito, por su última disputa, de "dar una lamentable imagen de desgobierno".

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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