Irán mantiene detenidos a cinco marineros británicos

La lista de extranjeros detenidos en Irán por haber cruzado ilegalmente sus fronteras se amplió ayer al conocerse que cinco británicos que navegaban en un yate fueron interceptados el miércoles por guardacostas iraníes. Los navegantes, que pudieron desviarse de su rumbo cuando viajaban entre Bahrein y Dubai, se encuentran detenidos desde entonces, según informó ayer el secretario del Foreign Office, David Miliband.

Ni las autoridades ni los medios de comunicación iraníes se habían hecho eco anoche del incidente, que Londres espera resolver con rapidez. Tres montañeros estadounidenses que se extraviaron en la frontera entre el Kurdistán iraquí e Irán a finales de julio pasado aún permanecen detenidos, y las autoridades iraníes dejaron caer hace unos días que iban a ser acusados de espionaje. En abril de 2007, Teherán detuvo durante 13 días a 15 marinos británicos que supuestamente violaron la demarcación entre Irán e Irak, en la boca del Chat el Arab.

Estos casos adquieren un mayor dramatismo dada la tensión que rodea las relaciones de Occidente con la República Islámica debido a su controvertido programa nuclear. Ayer mismo, el presidente del Parlamento iraní, Alí Lariyaní, hizo un llamamiento a la unidad del país en ese asunto. "Son ingenuos quienes piensen que vamos a cambiar de opinión", dijo.

Programa nuclear

Con el peso que le da su experiencia como anterior negociador nuclear, Lariyaní insistió en la tesis oficial. "Estamos enriqueciendo dentro de la legalidad del Tratado de No Proliferación", aseguró antes de desestimar las posibles sanciones económicas, consecuencias políticas e incluso amenazas militares por su desafío a varias resoluciones del Consejo de Seguridad. "Israel siempre nos ha amenazado y el resultado ha sido que hemos tomado nuevas medidas para proteger nuestros intereses", señaló.

No obstante, dijo que "todavía está abierta la vía diplomática", lo que en sus palabras significa que la comunidad internacional "acepte un Irán nuclear". "Para ellos también es bueno que Irán siga su trabajo dentro del marco y la supervisión del Organismo Internacional para la Energía Atómica", justificó. Todo ello con la amenaza apenas velada del "si nos obligan, tomaremos otras medidas".