La partida a cuatro continúa

Contra la opinión de algunos, que esperaban un cambio en el tablero de las elecciones a rector de la Universitat de València a raíz del resultado de la votación al claustro la semana pasada, las cuatro candidaturas siguen en liza. La más tocada, María Antonia García Benau, que logró un menos que discreto quinceavo puesto en Economía, asegura que sigue en la carrera porque su objetivo no es ser decana de su facultad, sino rectora. Y porque ahí la dinámica electoral es diferente de la del claustro (abierta a todos los estamentos y centros universitarios).

Entre el resto de candidatos, nadie se inclina por el pacto. Y parecen dispuestos a esperar al resultado de la primera vuelta, confiando en que habrá segunda votación, lo que hará los acuerdos automáticos.

"La denegación no responde a sectarismo territorial"

"La forma de ayudar que tiene la Generalitat es pagar su deuda"

Los nombres de los cuatro aspirantes -Antoni Furió, Esteban Morcillo, Vicent Soler y García Benau- suenan desde hace tiempo. ¿Pero saben los universitarios quiénes son? Por lo oído ayer en la asamblea interestamental de la universidad, menos de lo que sería conveniente. El campus de Tarongers cae bastante a trasmano del de Burjassot, y éste a su vez del de Blasco Ibáñez. Para remediarlo la asamblea propuso un debate a cuatro en sede imparcial. Y eso después de que un par de voces preguntaran la razón de la ausencia de Morcillo y de García Benau en el salón de actos de la Facultad de Historia, donde se celebraba la asamblea.

Sí estuvieron, como en otras ocasiones, Soler y Furió, que expusieron algunas líneas programáticas, no muy distintas entre sí, como reconocieron ambos. La dificultad (o imposibilidad) de implantar el modelo docente del Espacio Europeo de Educación Superior a coste cero. La necesidad de contar con los alumnos (con mención especial a los protagonistas de la protesta anti-Bolonia). La oportunidad de aprovechar a los profesores en edad de prejubilarse, buscando fórmulas intermedias. Y el deber de sacar conclusiones del mal resultado del campus de excelencia.

La asamblea aprobó cuatro puntos al respecto: "No se ha gestionado correctamente la necesidad impuesta de presentarse junto a la Politécnica, ni ha habido un proyecto común, por las razones que sean. En ningún caso puede considerarse que la denegación se deba a criterios sectarios de tipo territorial. La mejor forma que tiene la Generalitat de ayudar a nuestra universidad y al resto de las valencianas es pagando la deuda pendiente. Y habrá que estudiar para futuras propuestas con qué institución universitaria (de la Xarxa Vives) se hace la solicitud, atendiendo sobre todo al tipo de proyecto y a las instituciones que desean ser parte".