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Los fondos que los ayuntamientos reciben del Estado caen hasta un 20%

Los municipios persiguen a los morosos y bajan plantilla para cuadrar cuentas

Los ayuntamientos gallegos se tendrán que apretar el cinturón en 2010 más que nunca. Los fondos que manejarán el año que viene serán inferiores a los ya estrechos presupuestos de 2009 en la mayoría de los municipios, no sólo por la crisis del ladrillo sino, sobre todo, por la caída de las aportaciones del Estado. El presidente de la Federación Galega de Municipios y Provincias (Fegamp), Carlos Fernández, afirma que el golpe de la menguante construcción será "significativo" en tan sólo 20 o 30 localidades, mientras que la disminución del dinero procedente del Gobierno central registrará descensos de hasta un 20% en ayuntamientos medios.

Lugo dispondrá en 2010 de 13 millones de euros menos que en 2009. Si este año el Ayuntamiento dispuso de 104 millones, ahora, en plena elaboración del borrador de presupuestos, las cuentas no permiten ir más allá de los 91 millones. La actividad en el departamento de Economía es frenética para poder cuadrar números y conseguir un presupuesto realista. La mayor merma de ingresos se producirá en las partidas procedentes de otras administraciones, especialmente del Estado, así como de las licencias de obras, que cayeron un 50% en el primer semestre con relación al año 2008.

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Ferrol ingresará tres millones de euros menos en 2010. "Ferrol coge de la cesta estatal, y ésta se ha hecho más pequeña" resume el edil de Hacienda, el socialista Ramón Veloso. Para recuperar los tres millones "perdidos" y mantener el gasto público, Veloso plantea tres vías: la subida del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) en un 10%, lo que permitiría recaudar un millón más; el incremento de las tasas a bancos y empresas de telefonía móvil por la colocación de cajeros y antenas (300.000 euros); y los fondos del Plan E. Las cuentas rondarán los 60 millones de 2009.

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El Ayuntamiento de Ourense prevé recibir el gran golpe en su participación en los tributos del Estado, que supone una quinta parte de sus ingresos. La merma es considerable: los 20 millones recibidos este año para un presupuesto de 100, se reducirán previsiblemente a 16 millones en 2010. El edil de Facenda, Agustín Fernández, cree que no irá a más el impacto en la caída de ingresos derivados de las tasas por licencia de obra, impuestos de construcciones y de plusvalías. Para frenar la caída de los ingresos, atacará el fraude. No ya a los morosos o impagados, sino a quienes no declaran. "Haremos inspecciones continuas hasta descubrirlos", anuncia el concejal.En Pontevedra, están aún pendientes de aprobar el documento presupuestario, un trámite previsto para diciembre. El correspondiente a 2009 ascendía a 70 millones y fue prorrogado de 2008. Para el año próximo, el gobierno local ya prevé que las cuentas estarán por debajo de esa cifra, aunque aún no desvelan cuánto.

La causa está, según fuentes municipales, en "el recorte de transferencias de la Xunta y el Estado" y en el bajón en la recaudación de tasas e impuestos (sobre todo, los vinculados a la construcción), congelados en 2008. Entre tanto, y para hacer frente a los imprevistos, ya han pasado varias modificaciones de crédito por el pleno de la corporación.

En la vecina Vilaboa también tendrán que hacer malabares con los números. Las retribuciones a la baja del Estado dejan en una situación "problemática" a los ayuntamientos pequeños, recuerda el alcalde José Luis Poceiro (PSOE). Las aportaciones del Plan E han llegado como agua de mayo y han dejado en suelo local más de un millón de euros que pusieron en marcha una serie de obras adjudicadas a pequeñas empresas locales. Un parapeto para afrontar la crisis del ladrillo que ha hecho mella en Vilaboa, donde de las 50 licencias anuales se ha bajado ahora "al 10%". El mensaje de Poceiro es claro: "El Plan E mantiene a flote los presupuestos municipales".

En otras localidades, el empeño por no aumentar la carga fiscal pasará factura. En Poio se prevé un presupuesto "muy parecido" al de este año, afirma el regidor Luciano Sobral, pero el Ayuntamiento tendrá que hacer frente "a un desfase de 120.000 euros" en el cobro de los servicios de basura, alcantarillado y agua "para que no les repercuta a los ciudadanos".

En el área de Santiago el parón de la construcción se nota especialmente. El Ayuntamiento de Ames lleva años que no para de crecer. Su cercanía a la capital gallega provocó un boom urbanístico que comienza a resentirse debido a la crisis económica. El gobierno local prevé para 2010 un descenso "absoluto" de las licencias de construcción, que supondrá dejar de ingresar entre tres y cuatro millones de euros respecto al ejercicio anterior. "Baja, no a cero, pero sí a cifras absolutamente reducidas respecto al año anterior", explica el alcalde y presidente de la Fegamp, Carlos Fernández.

La "deriva" de las licencias de construcción se verá un poco compesada en esta localidad limítrofe con Santiago por un aumento "ligero" del IBI, el impuesto de bienes inmuebles que pagarán los nuevos edificios y casas construidos en los últimos años. Aunque en Ames no tienen todavía un recuento de ingresos global, creen que "no sería descabellado" un recorte del 10%. Al parón de las licencias de construcción, se sumará también la "merma de ingresos" procedentes del Estado.

En Teo, los presupuestos también están en marcha, pero con el planeamiento urbanístico parado desde 2001, los ingresos por licencias de construcción son "casos aislados" de viviendas unifamiliares. "Nosotros no notaremos tanto el recorte, pero vienen tiempos duros para muchos ayuntamientos que se financiaron con ingresos de la construcción", vaticina el alcalde, Martiño Noriega.

Entre tantos recortes también hay alguna excepción. En el municipio coruñés de Oroso, el presupuesto para 2010 será mayor que en este ejercicio. Bajará la aportación del Estado, pero aumentarán las licencias de obra. "Contamos con un pequeño incremento del 10%", calcula el alcalde, Manuel Mirás. que considera que Oroso no va a notar tanto la crisis contructiva porque el municipio fue creciendo de forma "gradual, sostenible" y ahora se basa "sobre todo en lo industrial". Al "auge" de los polígonos de Sigüeiro y de Oroso Pequeno se sumará a principios del próximo año el de San Martiño.

"Aquí no ha habido la presión urbanística de otras zonas", dice el alcalde de Marín, el socialista Francisco Veiga. "Hay ayuntamientos cercanos como el de Cangas que se han visto obligados a pedir créditos para pagar las nóminas".

Pero incluso los regidores que menos se tendrán que apretar el cinturón este año por el azote de la crisis económica alertan de la difícil situación que sufren las corporaciones locales. El alcalde de Oleiros, Ángel Seoane, recuerda el gran número de servicios que los ayuntamientos prestan a pesar de ser competencia de otras administraciones y el de Oroso insiste en la "pobreza y el raquitismo financiero" al que, lamenta, "están sometidos" los ayuntamientos.

Esta información ha sido elaborada por María Pampín, Arcadio Silvosa, Lorena Bustabad, Lara Varela y Cristina Huete.Esta información ha sido elaborada por María Pampín, Arcadio Silvosa, Lorena Bustabad, Lara Varela y Cristina Huete.

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