Amago de crisis en las Bolsas

Los mercados de valores han sufrido en las dos últimas sesiones de esta semana una minicrisis como consecuencia de los problemas de liquidez del holding Dubai World. La exposición de los grandes bancos europeos a una situación de impago tras la petición de una moratoria de seis meses en el pago de la deuda de este fondo tuvo como consecuencia inmediata una fuerte caída en las cotizaciones bancarias.

El Ibex 35 perdió en la jornada del pasado jueves el 2,58% y en la apertura del viernes se dejaba el 2,07% para situarse al borde de los 11.400 puntos, cuando tan sólo dos días antes había tocado de nuevo el nivel de los 12.000 puntos.

Afortunadamente, los analistas se apresuraron a delimitar el alcance de la exposición al riesgo y en las listas que circularon no figuraba ningún banco español, aunque no por ello se libraron de sufrir una fuerte presión vendedora. Esta situación indica que los inversores todavía miran con mucha cautela al sector financiero y que de poco vale que la banca española esté casi fuera de todas las situaciones más comprometidas. Finalmente, resultó que la banca del Reino Unido es la más perjudicada, con más de la mitad de la exposición al riesgo en la zona de los emiratos.

Esta nueva visión del problema permitió una recuperación importante de la mayoría de las plazas bursátiles europeas a lo largo de la última sesión y dejó al Ibex 35 con una discreta subida del 0,49% en el conjunto de la semana, algo que sabe a poco porque al cierre de la jornada del miércoles acumulaba una ganancia del 2,10%.

La extrema tensión a que se han visto sometidos los mercados en las últimas semanas, casi siempre con la amenaza de una corrección importante por la debilidad de la economía, justifica en buena parte las reacciones de estas dos sesiones, aunque parece que esta vez han pesado más las sospechas que los inversores tienen todavía sobre la salud real del sector financiero.

Antes de la convulsión creada por los problemas de Dubai World, los mercados tuvieron que hacer frente a una serie de datos económicos entre los que destacaba la revisión a la baja del PIB del tercer trimestre en Estados Unidos, que crece sólo el 2,8% en lugar del 3,5% previo y viene a confirmar el débil crecimiento de la economía. Aun así, los datos de venta de viviendas, tanto nuevas como de segunda mano, el descenso en las peticiones de subsidio de desempleo y un ligero incremento en los ingresos y los gastos personales consiguieron mantener al alza el ánimo de los inversores y las cotizaciones. En el lado opuesto quedaba el descenso de la confianza de los consumidores estadounidenses, compensado en parte por el avance de la confianza en la eurozona.

Al final, esta última crisis se ha considerado como un problema local que ha llegado en un momento muy confuso para los inversores occidentales. -