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La polémica sentencia sobre Cataluña

Rajoy se pone de perfil para evitar la ola del Estatuto

Los populares temen que se reactive el voto anti-PP

Carlos E. Cué

Hay pocas cosas a las que Mariano Rajoy le tema tanto como el voto anti-PP en Cataluña. El 30 de marzo de 2008, en el primer discurso que hizo para explicar la derrota electoral, lo dejó muy claro: "Debemos actuar con inteligencia para impedir que los socialistas vuelvan a ser el refugio de los recelos que todavía provoca nuestro partido para algunos ciudadanos y en algunos territorios". En Cataluña cayeron 17 de los 25 escaños que le separan del PSOE, y Rajoy avisaba a los suyos: quería dejar de asustar en Cataluña.

La situación actual, con las dudas del Tribunal Constitucional y el editorial conjunto de la prensa catalana, ha reavivado la tensión de la pasada legislatura y ha llevado el debate en Cataluña al punto más temido por el nuevo PP: un enfrentamiento abierto con el resto de España.

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Rajoy, consciente de que los socialistas catalanes tratarán por todos los medios de que la marea pro Estatuto arrastre al PP, que recurrió el texto, ha planteado una estrategia muy clara: ponerse de perfil, evitar entrar al trapo y esperar a que baje la tensión. La dirección nacional está tratando por todos los medios de que ningún dirigente se salga de la consigna oficial: respeto al Constitucional, pero también respeto a cualquier opinión, y sobre todo, una idea de fondo: "Cataluña se merece un Estatuto que sea constitucional", es la frase que repite constantemente Alicia Sánchez Camacho, líder del PP catalán.

Los populares no se han planteado en ningún momento retirar el recurso, como les ha exigido Carme Chacón, ministra de Defensa y destacada dirigente del PSC. Pero para defenderse de ese ataque apelan al hecho de que no son los únicos que recurrieron -también lo hizo el Defensor del Pueblo y, por cuestiones puntuales, cinco comunidades, "entre ellas dos socialistas, Aragón y Baleares", repiten como un mantra los dirigentes populares para tratar de escurrir el bulto.

El PP reconoce que ahora sería impensable lo que sucedió en la anterior legislatura, cuando la dirección, y el propio Rajoy, recorrieron toda España recogiendo firmas contra el Estatuto que salió del Parlamento autonómico, algo poco habitual en un partido de Gobierno que, para llegar a La Moncloa, muy probablemente tendrá que pactar con CiU. "Hemos cometido errores, y por eso pagamos un coste en Cataluña en 2008, pero hemos demostrado que, en cualquier caso, lo del recurso lo hicimos por principios y no por oportunismo", señala un miembro de la dirección.

"El momento político es distinto. Nosotros no podemos dar la batalla como antes. Casi todo el mundo reconoce que ahora no haríamos recogida de firmas ni nada parecido. Ahora, también muchos dirigentes nacionalistas reconocen en privado que hoy no harían ese Estatuto. Fue el producto de una subida de adrenalina nacionalista, y ahora es complicado resolverlo", asegura otro.

Dirigentes catalanes y otros miembros de la dirección consultados están convencidos de que esta vez, si ningún líder nacional del PP agita los bajos instintos de los catalanes con salidas de tono, la ola anti-PP no tendrá tanto efecto. "Hay que tratarlo con delicadeza, manejarlo sin excesos y controlar que nadie se salga del discurso oficial. Saldrá bien", sentencia uno de ellos. El motivo de fondo de este optimismo es, sobre todo, la crisis económica.

"Hay que diferenciar entre la sociedad representante, donde están políticos y periódicos, y la sociedad representada", explica un marianista. "Hay una parte enorme de la sociedad catalana que no está en la batalla del Estatut, que sólo piensa en la crisis, en la mala gestión de los últimos años. Y nosotros somos los únicos que hablamos de eso. Cataluña está en una crisis muy profunda, con mala gestión y casos de corrupción gravísimos. Es el momento para un discurso como el nuestro, de gestión, de que las cosas se pueden hacer mejor y no hace falta un estatuto inconstitucional para mejorar Cataluña, sino gestionar bien el dinero", sentencia.

El editorial conjunto habla expresamente del PP, "que ahora se reaproxima a la sociedad catalana con discursos constructivos y actitudes zalameras", señala. "Esa frase refleja mucho miedo al PP. Es como si ya supieran que vamos a gobernar, y le lanzaran a la gente un aviso desesperado: no les hagan caso, vienen con buenas palabras, pero no es verdad. Es una buena señal", concluye un marianista que, como la mayoría, es optimista sobre las posibilidades del PP para esquivar esta ola.

LALO R. VILLAR

Rajoy: "El tribunal, en tela de juicio"

Mariano Rajoy acusó ayer en Pontevedra a José Luis Rodríguez Zapatero de ser el culpable de que el Tribunal Constitucional esté "en tela de juicio" y de que la "primacía" de la ley y del Estado de derecho estén en "discusión". La presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, afirmó que su partido es el único que defiende "nítidamente" la Constitución.

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