_
_
_
_
_
Reportaje:12ª jornada de Liga: el gran clásico

Todos detrás de Cristiano

La ambición de la estrella portuguesa es el reflejo del proyecto del nuevo Madrid, que fija como objetivo estratégico ocupar el lugar del Barça

Diego Torres

El hombre que llega al clásico en silencio, Florentino Pérez, es el artífice de un proyecto único en la historia. Se trata de construir el mejor equipo del planeta en un plazo récord. "Nuestros tiempos no son los tiempos de la prensa", repite el director general, Jorge Valdano, mano derecha de Pérez. Sin embargo, él mismo y su propio jefe se han impuesto un calendario vertiginoso. La inversión en fichajes que han impulsado, 250 millones de euros, es sólo equiparable a la que inyectó el petrolero ruso Roman Abramóvich en el Chelsea coincidiendo con los excesos macroeconómicos de hace cinco años y, sobre todo, con la inflación de los precios del petróleo. Hoy la economía está hundida. Abramóvich hace recortes, como todo el mundo. Todo el mundo, salvo el Madrid. El club va lanzado a velocidades insólitas. Lo empuja la idiosincrasia de su entorno social, cebado con excitación por un sector de la prensa. Y lo empuja hacia un adversario en un lugar y un momento muy concretos. El Barça, esta tarde, en el Camp Nou.

El delantero representa como nadie la obsesión moderna por el éxito, la velocidad
Más información
Aniversario de un campeón
La última hora del clásico

Nunca el Barça preocupó tanto a los dirigentes del Madrid. Hoy es el objetivo imprescindible para cumplir con la estrategia prevista. Sólo derrotando al mejor equipo del planeta se puede ocupar su lugar. El problema es que el Barça es el resultado de un proyecto que se inició en 1988 mientras este Madrid se ha montado hace tres meses. El equipo de Kaká y Cristiano Ronaldo es un prototipo que sale al mercado sin eso que los fabricantes de coches llaman crash-test. En caso de impacto, no se saben las consecuencias.

"Estoy listo", le dijo Cristiano Ronaldo a su entrenador hace tres días. Cuando el jugador más desequilibrante del Madrid, y probablemente del mundo, asegura estar a punto, al técnico no le queda más remedio que pensar en la alineación a partir de él. Sobre todo, cuando el entrenador, Manuel Pellegrini, es la pieza sobre la que recaen todas las tensiones de un proyecto de por sí hipertenso. Como dijo ayer Pellegrini: "Cristiano no es cualquiera. Por algo ha ganado un Balón de Oro".

En las oficinas del Bernabéu, en los despachos de ACS, en los pasillos de Valdebebas, llevaban semanas esperando a Cristiano, ausente más de 50 días tras sufrir una lesión de tobillo. El atacante portugués, que contagia optimismo a sus compañeros, representa como nadie la obsesión moderna por el éxito, la velocidad y el control exhaustivo del propio organismo. El hombre cuida su cuerpo como si fuese un electromotor. En su libro de memorias explica que manda a sus tíos a fumar al balcón para no inhalar humo. Dice: "Tengo derecho a no respirar aire envenenado en mi casa".

Cristiano saltará al Camp Nou desde el inicio para explotar los espacios que deja el Barça. Las dudas de Pellegrini se centran en otros sectores. Básicamente, el técnico ha tenido que elegir entre Marcelo e Higuaín. Según los entrenamientos, se ha inclinado por Marcelo. Quiere emplear al lateral como tercer volante, a la izquierda de Lass y Xabi, y así ayudar a cerrar las subidas de Messi y Alves. Si finalmente Pellegrini opta por sacrificar a Higuaín, lo hará en la creencia de que Benzema le aporta un manejo de balón imprescindible para arrebatarle la posesión al rival. "No iremos a ver cómo nos defendemos", dijo ayer; "iremos a atacar y poner nuestras armas".

Benzema ha hecho cuatro goles en 1.000 minutos mientras Higuaín ha convertido siete en 800. Con la excepción de Cristiano, Higuaín es el delantero más eficaz del Madrid desde hace dos años. Ha metido más goles que Raúl y Van Nistelrooy. Sin embargo, sigue siendo suplente. Es un caso raro. Costó 13 millones de euros y gana un sueldo anual de un millón en una delantera de 200 millones en la que el peor pegado tras él, Benzema, se embolsa cuatro. Raúl, que será suplente por primera vez por decisión técnica, gana siete millones limpios al año.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_