No es "política de escaparate"

El 21 de noviembre su periódico publicaba un artículo de Antonio Elorza que contiene inexactitudes. Tachar a Zapatero de hacer "política de escaparate" es, decididamente, un grave error. No es política de escaparate la Ley de Dependencia, tercer pilar del Estado de bienestar; la ley del matrimonio homosexual, que da derechos a quienes en épocas históricas recientes iban a la cárcel por este motivo; la mediación en el conflicto de Oriente Próximo con Moratinos a la cabeza; lograr que España tenga una silla en el G-20 y en el G-8, que no consiguió Aznar.

Evidentemente, todavía es menos "política de escaparate" la Alianza de Civilizaciones, que John Galtung, hombre de prestigio internacional que ha mediado en la resolución de conflictos en los cinco continentes, reconoce como uno de los mejores instrumentos para acercarse al mundo musulmán y entenderse con él. Debe ignorar Antonio Elorza que la Alianza de Civilizaciones propuesta por José Luis Rodríguez Zapatero en la 59º Asamblea de Naciones Unidas es una sección de esta organización que dirige Jorge Sampaio, ex presidente de Portugal, que la han suscrito cerca de 100 países, entre los que se incluyen Estados Unidos, Qatar, Jordania, Turquía, etcétera, y la han dotado de fondos, parte de los cuales se han destinado para el intercambio de jóvenes universitarios.

A instancia de la reina Rania de Jordania se está haciendo cine, como vehículo de transmisión cultural, para resaltar los valores del diálogo. En abril de este año, Rasmussen, secretario general de la OTAN, anunció su cooperación con la Alianza, y Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, como antes lo hiciera su antecesor Kofi Annan, la apoya incondicionalmente. También la suscriben intelectuales españoles de la talla de Goytisolo y Tamayo. Por todo ello creo que Antonio Elorza o desprecia la Alianza o conociéndola quiere minusvalorar el trabajo de todos aquellos que, globalmente, creen en sus valores. No quiero ni pensar que el autor del artículo Moratinos se identifique más con el Choque de civilizaciones, de Samuel Huntington, que con la Alianza, que a todas luces suponen posturas irreconciliables.