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Reportaje:

'Soulman' por accidente

Hawthorne trae a Madrid uno de los mejores discos del año

"¿Un modernete, yo?". Mayer Hawthorne repite en voz alta la pregunta mientras juguetea con sus enormes gafas de pasta negra, hasta que encuentra una definición más precisa. "Me siento más cómodo si me consideran un excéntrico". Aceptaremos de buen grado la propuesta: entre su casaca de húsar y las deportivas de 1.000 colores, queda claro que este jovencito con cara de pilluelo que pasea por la plaza de Ópera no contempla la posibilidad de pasar inadvertido.

Hawthorne se llama en realidad Andrew Cohen y presume de ser un manitas de la fontanería. Nació cerca de Detroit, reside en Los Ángeles, acaba de alcanzar la treintena y, ahí donde le ven, trabaja desde hace tiempo como productor de hip-hop, un género en el que opera con el sobrenombre artístico de Haircut. El año pasado, y casi como una travesura, se puso a escribir en casa canciones de soul al estilo del sello Motown. "En realidad las pensaba utilizar para samplearlas en mis sesiones de pinchadiscos", aclara con una copa de vino de la zona de Rueda entre las manos. Pero todos los que las escuchaban se enamoraron de ellas. El resultado es un disco, A strange arrangement, que la prensa anglófona ha destacado como uno de los trabajos más felices y adictivos de la temporada. Y no es para menos.

Perfeccionista musical

"La vida me la tomo a broma y la música, muy en serio", resume a modo de leitmotiv personal. Hawthorne debutaba anoche en Madrid y no podía disimular el entusiasmo. "Soy un perfeccionista, un estudioso musical. Y paso de ponerme límites. Después de transformarme en soulman, lo siguiente será un disco de new wave, en la línea de Gary Newman. Pero sin renunciar ni al suéter ni a la corbata...". Y remacha: "Hago música de inspiración antigua que suena muy nueva. De esta manera, la gente joven siente que mi sonido les pertenece a ellos, no a sus padres".

El público se divertía anoche con sus extravagancias, pero todos bailaron en la sala Charada como posesos. "El soul está de moda porque las cosas van y vienen, como los pantalones pitillo y los bombachos", reflexiona.

Y añade para concluir: "Viniendo del hip-hop, donde las letras son tan... rudas, poder escribir sobre amoríos o corazones rotos ha resultado liberador".

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