El sindicato de la Ertzaintza crece
Erne celebra hoy en Bilbao su primer cuarto de siglo de historia - Un plazo en el que ha logrado situarse como la principal central de la Policía autónomica
El 24 de noviembre luce en rojo en el calendario de Erne. Y no por ser festivo. Hoy hace 25 años que nació Ertzainen Nazional Elkartasuna, el sindicato mayoritario de la Policía vasca. Ninguna de las seis personas que protagonizaron el acto fundacional en el bilbaíno colegio de los Jesuitas llegaron siquiera a imaginar entonces el papel protagonista que ostenta la central independiente en la actualidad, con sus más de 3.500 afiliados. El Palacio Euskalduna acoge hoy el multitudinario acto organizado para conmemorar la efeméride.
Mucho, por no decir casi todo, ha cambiado desde aquel lejano ya 1984, cuando la Ertzaintza apenas acababa de renacer. Cuatro años tardó la central independiente en celebrar su primer congreso y tres más en ratificar un convenio con Interior, ya con Juan María Atutxa como consejero. La organización ganaba peso con el paso del tiempo y en 1993 quedó como segunda fuerza en las primeras elecciones sindicales, en las que se impuso ELA.
La organización ha pasado de sus seis fundadores a tener 3.500 afiliados
El signo de los acontecimientos cambió en 1998, cuando Erne ganó sus primeros comicios, en lo que supuso el preludio de una etapa que iba a ser de continuos desencuentros con el último titular nacionalista de Interior, Javier Balza. El clima de enfrentamiento no impidió al sindicato ratificar su hegemonía en 2006 con un 38% de los votos que espera consolidar en la próxima cita con las urnas, en noviembre de 2010.
Erne mantiene, sin embargo, el espíritu crítico y batallador que motivó su origen, y que en las dos décadas y media transcurridas ha contribuido a alcanzar logros como el adelanto de la edad de jubilación de los agentes o la consecución de la jornada de 35 horas semanales. Hitos que han servido de "acicate", aunque no han hecho olvidar los episodios más trágicos del último cuarto de siglo, entre los que destacan los asesinatos de 37 ertzainas, miñones y policías locales.
Aún quedan muchos retos por delante. La principal exigencia de Erne pasa por una "clara separación" de las tareas que competen a la Policía autonómica y a las locales, ya que en la actualidad "se están duplicando servicios por una mala coordinación". Clara muestra de una indefinición del modelo policial que, a su juicio, se refleja también en la falta de configuración de una Policía judicial y en la exclusión de la Ertzaintza del ámbito europeo que recoge el acuerdo de Schengen.
Reivindicaciones históricas del sindicato son también la seguridad de los agentes y una "justificada" ampliación de plantilla que, sin embargo, "no debe llevarse a cabo sin la realización de un estudio previo sobre la carga de trabajo de los distintos puestos actuales y las necesidades futuras". En el horizonte figuran, además, la configuración del sistema de segunda actividad, la euskaldunización del Cuerpo y la negociación de un nuevo convenio, ya que el actual se encuentra prorrogado desde el 31 de diciembre de 2007.
Retos que Erne confía en alcanzar mediante la negociación con el Gobierno socialista, con el que "las relaciones laborales son mucho mejores". Una consideración que desvincula de motivos ideológicos, pese a que el ex secretario general de la central Joseba Bilbao forma parte, en la actualidad, del gabinete del viceconsejero de Seguridad, Rafael Iturriaga.
Los éxitos conseguidos, los fracasos y las tareas pendientes protagonizarán desde el mediodía, en el Palacio Euskalduna de Bilbao, la conmemoración de las Bodas de Plata del sindicato. Un acto multitudinario al que asistirán, entre otros, el magistrado del Tribunal Supremo Joaquín Giménez. El mismo que les asesoró a los fundadores de Erne en sus comienzos.
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