El PP ve un cambio de línea en el Gobierno con Sitel y fuerza una votación en el Congreso

El PP no piensa soltar la presa de las escuchas de Sitel, uno de los elementos centrales de su estrategia de contraataque frente al escándalo del caso Gürtel. Los populares, que han visto cómo el Tribunal Supremo les quitaba una y otra vez la razón -hasta nueve sentencias avalan el uso de este sistema informático de procesamiento de escuchas que compró Mariano Rajoy cuando era ministro del Interior- se alegraron mucho ayer con la noticia de EL PAÍS en la que se avanza que el Gobierno actualizará la regulación de las escuchas cuando reforme la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuyo borrador, después de un año de trabajo, está ultimando el Ministerio de Justicia.

"Parece que [el ministro del Interior Alfredo Pérez] Rubalcaba entra por el hilo de que esto no puede estar en un descontrol absoluto", sentenció Soraya Sáenz de Santamaría, la portavoz parlamentaria del PP, obviando las sentencias del Supremo. "Parece que el Gobierno ahora reconoce que la regulación es insuficiente. Está bien, pero no queremos esperar un año a que se reforme la Ley de Enjuiciamiento Penal, queremos una ley orgánica específica que regule el sistema Sitel cuanto antes", sentenció Dolores de Cospedal, la secretaria general.

El PP intenta separar la polémica de las escuchas del caso Gürtel, a pesar de que sólo ha puesto en duda Sitel después de que estallara el escándalo. Cospedal quiso lanzar un mensaje para desautorizar al Gobierno valenciano: "En ningún caso el PP pedirá la nulidad del caso Gürtel".

Los populares insistirán esta semana en el Congreso, como hicieron la pasada. Esteban González Pons defenderá una proposición no de ley que básicamente exige que se fuerce la destrucción de datos que no sean incorporados al sumario, que se renueve la autorización judicial cada 15 días y que se establezcan métodos tecnológicos para evitar que las conversaciones lleguen a la prensa. El PSOE ganará con seguridad la votación, aunque los populares esperan contar con algunos apoyos. Y el miércoles, Carlos Floriano preguntará de nuevo a Rubalcaba, con polémica prácticamente garantizada.