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Bancos y cajas copan la oferta en Urbe

La Feria inmobiliaria acoge a la décima parte de expositores que en 2006

Caja Madrid, Bancaja, Caja Mediterráneo (CAM), Ibercaja, Banco Santander e ING Direct copan la mayor parte de las dos mil viviendas que ofrece Urbe, la feria inmobiliaria que nació en 2001 y alcanza su novena edición en el momento más crudo para el sector. Lejos quedan los tiempos en que 300 expositores copaban cuatro pabellones del recinto de Feria Valencia. Apenas 40 expositores visten a medias la primera planta de uno de los pabellones del recinto ferial.

Las ofertas son de escándalo y la mayor parte de las dos mil viviendas en venta son ofertadas por entidades financieras. ¿Por qué? José Luis Miguel, presidende de la inmobiliaria Onofre Miguel y del certamen Urbe, lo explicó ayer con meridiana claridad: "Desde la II Guerra Mundial se ha montado un sistema que distingue al que posee las cosas y al que usa las cosas. Y en los últimos años el que usa las cosas se ha confundido con el que posee las cosas. La gente se empeña en comprar una vivienda -como si fuera una inversión- en lugar de usar una vivienda. El promotor se creía propietario de su promoción cuando los bancos financiaban el 70%, el 80% o hasta el 100% de los activos. Y cuando llega la crisis, las cosas vuelven a su legítimo propietario, el banco".

"Urbe alberga el 80% o 90% de las viviendas atractivas en el mercado"
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Los bancos y cajas, efectivamente, se han convertido en los primeros distribuidores de vivienda. Y en Urbe ofrecen rebajas de hasta el 50% o más. La CAM presenta un Outlet Residencial. Altamira, la división inmobiliaria del Banco Santander, ofrece rebajadas hasta casi la mitad viviendas que construyó en su día Bautista Soler. Bancaja Habitat ofrece descuentos de hasta el 30% para viviendas ubicadas en la zona metropolitana de Valencia.

Los promotores aseguran que las rebajas se forzaron a tope el año pasado y que tienen un límite. Según José Luis Miguel: "Los precios de las viviendas no pueden bajar más porque eso equivaldría a pagar por venderlas". Pero no está nada claro que las entidades financieras, que acumulan un stock indescifrable de viviendas por vender, vayan a soportar las tensiones de tesorería de los promotores inmobiliarios.José Luis Miguel, presidente de la feria Urbe, asumió llanamente la terrible situación que atraviesa el sector inmobiliario y auguró que la crisis se llevará por delante a "ocho o nueve de cada diez empresas" del sector. Y no necesariamente a los advenedizos o a los pequeños: "Podemos caer cualquiera".

Según el presidente de Urbe, los promotores asumieron el año pasado las bajadas de precios posibles, este año apenas se puede recortar, y tampoco las entidades financieras pueden hacerlo. "Si los bancos bajan los precios los promotores no venderemos, nos quedaremos sin liquidez y los bancos tendrán que asumir nuestro stock de viviendas en el futuro. Y eso no le interesa a nadie".

El panorama es desolador, Urbe ha pasado de 300 expositores en 2006 a apenas 40 en la presente edición, buen número de ellos institucionales: seis entidades financieras y al menos cuatro pabellones institucionales.

Pero también hay algunos datos para el optimismo. Según Miguel, el 45% de los jóvenes menores de 35 años que necesita una vivienda vive con sus padres, unos 200.000 según las estimaciones de los demógrafos. La demanda potencial de vivienda en España es de unas 350.000 a 400.000 viviendas al año. Y la tasa de ahorro privado ha crecido un 24% en un año, algo desconocido desde la posguerra. "¿Por qué ahorra la gente? Porque creen que vendrán tiempos peores. Y no compran viviendas porque están convencidos de que los precios bajarán, pero eso no va a pasar".

Onofre de Miguel vendió este año el doble que el año pasado. Y Miguel estima que "el stock de alta rotación", las viviendas bien situadas y con buenas calidades se puede agotar a lo largo de 2010, pero "el stock malo tardará años en venderse si es que se vende". El problema es que el stock de alta rotación representa menos del 20% del total de viviendas por vender. Todo ellos sin estimar a los kilómetros cuadrados de suelo pendientes de promoción.

¿Cuál es el futuro?, es la pregunta. "El promotor es un mero intermediario, debe ser alguien que presta servicios. ¿Qué sentido tiene hoy tener un coche en propiedad? Cada vez que voy al taller me clavan. Del mismo modo, por qué voy a pagar un interés bancario cuando puedo pagar un alquiler y me olvido de los gastos de comunidad, del impuesto de bienes inmuebles... Y si llega la crisis, en lugar de un piso de 100 metros me alquilo uno de 50".

Lo más sorprendente de las reflexiones de Miguel es que se producen en la inauguración de un certamen que, supuestamente, constituye un escaparate para vender la inmensa mayoría de las viviendas consideradas "de alta rotación".

El presidente de Urbe estimó que la inmensa mayoría de las viviendas consideradas de alta rotación son, precisamente, las que se exhiben ahora en Urbe.

El resto de la oferta deberá ser sometida a reforma o adecuación. Los actuales pisos se convertirán en apartamentos, apartamentos mal ubicados se transformarán en despachos, y locales comerciales en oficinas para intentar tentar algún nicho de mercado.

Juan Cotino, vicepresidente tercero y responsable del departamento de Vivienda, fingió optimismo en la inauguración oficial de Urbe: "Es muy destacable la buena acogida de público que está teniendo este certamen desde primera hora, ya que todos los stands están atendiendo público. Esto también es síntoma de que estamos superando la peor fase de la crisis, tal y como apuntan además los últimos datos de ventas que ya muestran una tendencia positiva de recuperación".

Cotino subrayó que el Instituto Valenciano de Vivienda ha puesto en el mercado cerca de 4.000 nuevas viviendas protegidas. La inmensa mayoría estarán disponibles en Sociópolis, al sur de Valencia, donde se ofertarán 2.800 viviendas protegidas, de las que 600 son promovidas por el sector privado.

Los promotores y fuentes financieras sugieren, sin embargo, que la promoción pública de vivienda protegida en las actuales circunstancias del sector es un tremendo error. "En lugar de promover nuevas viviendas de protección oficial deberían modificar la calificación de viviendas ya construidas y facilitar financiación para que sean accesibles con facilidades financieras para las rentas más bajas", comentó un financiero.

Un grupo de estudiantes observa una de las maquetas de nuevas promociones en oferta en la feria inmobiliaria Urbe.
Un grupo de estudiantes observa una de las maquetas de nuevas promociones en oferta en la feria inmobiliaria Urbe.JOSÉ JORDÁN

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