Más seguros al soltar amarras
Los pescadores contarán con datos oceanográficos y meteorológicos más precisos
Innumerables naufragios jalonan de misterio y dolor la historia pasada y presente de la Galicia costera. El mar sigue cobrando su tributo -uno de los últimos en Ribeira el 27 de octubre, donde zozobró una lancha con el resultado de dos muertos- mientras en tierra echan mano de los últimos avances tecnológicos para poner freno a la tragedia. Salinidad, vientos, altura y dirección de las olas, las corrientes, las mareas... parámetros que en breve estarán al alcance de los marineros antes de soltar amarras.
En esa línea, Galicia aspira a monitorizar la plataforma marina con una serie de boyas cercanas y lejanas para que los pescadores conozcan con mayor exactitud las condiciones oceanográficas y meteorológicas de las aguas antes de dejar puerto. Uno de los proyectos cuenta con la participación de la Consellería de Medio Ambiente y de Portos de Galicia para instalar estaciones en los distintos puertos de su competencia. El sistema facilita información puntual y en tiempo real de la entrada al muelle para pesqueros y yates de recreo y se complementa con otras estaciones a gran distancia.
El sistema de boyas facilita información a tiempo real y de forma continuada
Las cofradías podrán colaborar actualizando y corrigiendo datos
Faltaba, pues, radiografiar la plataforma cercana. Ahí entra en juego un nuevo frente de carácter transfronterizo y en el marco del Interreg Raia. El objetivo es consolidar con el norte de Portugal una red de observación en la plataforma costera situando una decena de boyas (valoradas en 90.000 euros cada una) que medirán a tiempo real y de forma continuada parámetros meteorológicos, biológicos y oceanográficos y que posibilitarán, además, analizar los efectos del cambio climático o la predicción de riesgos naturales.
No obstante, un objetivo "clave", como apunta Garbiñe Ayensa desde el Intecmar, "es la seguridad marítima" y este modelo permite actuar con mayor precisión ante un vertido o a la hora de restringir las áreas de búsqueda en un operativo de rescate. El director de MeteoGalicia, Vicente Pérez, agrega que con el Raia "pretendemos crear aplicaciones específicas". Por ejemplo, para los percebeiros, que conocerán de antemano la altura de ola, las corrientes y el viento. Indicadores aplicables también a otras actividades como la descarga de mercancía o la contención de un vertido. Para faenar en el entorno de las rías estos modelos de predicción del oleaje serán "muy útiles".
Sin embargo, desde MeteoGalicia piden colaboración a las cofradías, "que apliquen conocimientos" y corrijan los datos cuando no sean reales para ajustar los modelos predictivos. En Lira y en Sanxenxo reciben ya unas tablas de predicción cada 3 horas. Son los únicos que han solicitado esa información específica. "Sé que los pescadores miran nuestra predicción, lo que ofrezco son todas nuestras capacidades para dar mejor servicio al pescador, incluso desde el propio barco", añade Pérez. Datos como la velocidad de las corrientes, la salinidad, la temperatura o el movimiento de nutrientes ofrecerán aplicaciones relacionadas con fenómenos "como las mareas rojas o el crecimiento de bivalvos", agrega Ayensa. Información de interés, por ejemplo, para el marisqueo en los Lombos do Ulla, donde esas condiciones son clave para el desarrollo de almejas y berberechos.
Este proyecto, en el que participan centros de investigación como el IEO, Intecmar, Cetmar o el IIM en cooperación con otros tantos lusos, la Xunta y MeteoGalicia, incide en las bocanas de las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo. Los portugueses harán lo propio en Porto y en la desembocadura del Duero, así como en los puertos de Leixões y Viana do Castelo. Una red que integra el puente de Rande, que tiene uno de sus pilares "todo instrumentalizado", apunta el director de MeteoGalicia; también hay sensores en Cortegada y se acaba de instalar la primera estación con tecnología gallega -obra de la Universidade de Vigo- al sur de las Illas Cíes. En un mes se colocará otra en Ons y la siguiente se dispondrá en Miño.
La estrategia no es nueva. En Islandia han reducido a cero el número de naufragios gracias a un modelo que suministra datos sobre la altura de las olas, las corrientes o los vientos. La aplicación se nutre de los datos que proporcionan y corrigen de forma constante los técnicos y marineros. Los pescadores del Atlántico Norte escogen las jornadas de pesca y evitan así salir con galerna.
La panacea de la medición meteorológica y oceanográfica reposa ahora sobre los radares de alta frecuencia. Actualmente hay dos instalados en Fisterra y Cabo Silleiro, propiedad de Marina Mercante, que informan sobre la superficie del mar entre ambos puntos y en un radio de 200 kilómetros, concluye Pérez.
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