"Si el secuestro se consuma, hay que pagar el rescate"
El organismo que vigila la seguridad marítima alerta de la grave situación
Piratas somalíes, como los que secuestraron el pasado 2 de octubre, en aguas del océano Índico, al atunero español Alakrana, han intervenido en lo que va de año en 195 secuestros, más de la mitad del total de asaltos de este tipo (360) que se produjeron en los puertos y mares de todo el mundo. La agresividad delictiva en esta zona inquieta a las autoridades marítimas y ha llevado al Internacional Maritime Bureau (departamento dependiente de la Organización Internacional del Comercio) a reclamar un mayor despliegue de fuerza naval por parte de la comunidad internacional.
"En el golfo de Adén hay patrulleras de una veintena de países, por eso los piratas han extendido su campo de acción a la costa este de Somalia, donde actúan con más facilidad", reconoce Cyrus Mody, empleado y portavoz del IMB, en conversación telefónica desde la sede de ese organismo en Londres. IMB tiene desde 1992 un centro de alerta en Kuala Lumpur, para atender las llamadas de socorro de los barcos que navegan por el mundo en caso de ataque pirata.
El Alakrana no llamó a este centro, pero Mody dice que han seguido con atención el caso, y su previsible final. "Cuando el secuestro se consuma, no se puede hacer nada más que pagar el rescate, porque hay vidas en juego", argumenta. Ayer, mientras la NAVFOR Operación Atalanta, fuerza naval de la Unión Europea desplegada en el golfo de Adén, enviaba un mensaje de apoyo a la tripulación del recién liberado Alakrana, fallecía el capitán del carguero MV Theresa VIII, a consecuencia de las heridas de bala recibidas durante el secuestro de esa nave, la semana pasada. El carguero, con bandera de Singapur y 28 tripulantes norcoreanos, navegaba a unas 180 millas náuticas de las Islas Seychelles cuando se produjo el ataque.
No lejos de la zona, los piratas somalíes intentaron asaltar ayer al carguero de pabellón estadounidense Maersk Alamaba. Fuerzas de seguridad que viajaban a bordo consiguieron repeler el ataque. Para el barco, de propiedad danesa, era el segundo intento de secuestro, después del sufrido en abril pasado. En estos momentos, todavía hay 11 barcos y 262 tripulantes en manos de piratas.
Aunque no existen datos concretos, el IMB calcula que unos 500 hombres se dedican en Somalia a la piratería y cuentan con el apoyo de milicias armadas en tierra. "Hay piratas en muchos otros mares, pero están bajo control. Los gobiernos de los países concernidos por este problema suelen colaborar con las autoridades internacionales", dice Cyrus Mody. "El problema es que Somalia no tiene un Gobierno estable, ni medios para patrullar sus aguas territoriales".
La actividad de los piratas somalíes es motivo de preocupación para el IMB y para la comunidad internacional. Una treintena de barcos de la fuerza naval conjunta de la UE, de la OTAN y de la Armada de los Estados Unidos patrulla una zona de unos 2,5 millones de kilómetros cuadrados, entre el golfo de Adén y el mar de Arabia.
Las aguas del golfo de Adén, por la que transitan 20.000 mercantes al año, eran relativamente tranquilas hasta hace un par de décadas. Barcos extranjeros esquilmaban la pesca de la zona y los somalíes decidieron armarse para defender esa riqueza. Con los años, la autodefensa se convirtió en piratería. Los bucaneros utilizan barcos nodriza, además de lanchas rápidas en sus incursiones, y van fuertemente armados.
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