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Galicia se aplica el segundo mayor recorte del gasto

Sólo Baleares se aprieta más el cinturón en los presupuestos

María Fernández

Mientras las familias ahorran hasta la última peseta por una crisis que aprieta y casi ahoga, algunas comunidades autónomas apuestan por ampliar sus recursos para superar el bache. La caída libre de los ingresos procedentes de las transferencias del Estado y los impuestos parece pasar inadvertida para cinco regiones españolas, que elevarán su gasto no financiero en 2010 pese a las llamadas a la contención. Cataluña, que por otra parte es una de las comunidades más endeudadas, se lleva la palma con un presupuesto expansivo que se estira un 5,7%. Le sigue Castilla-La Mancha, muy afectada por el paro, que ha cuadrado un presupuesto con 9.570 millones en caja, un 2,3% más que el del año pasado.

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No es el caso de Galicia. Las cuentas del año que viene que ha diseñado la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, se apuntan un descenso del gasto no financiero del 3,3%, hasta los 11.052 millones de euros. Es decir, la Xunta dispondrá de 374 millones menos con relación a los presupuestos de este año. Galicia se coloca así como la segunda comunidad española que más se ajusta el cinturón, sólo por detrás de Baleares, que reduce su capacidad en casi un 5%.

La suma de las previsiones en todas las autonomías españolas arroja un presupuesto agregado de casi 170.000 millones, similar al del año pasado a falta de saber el proyecto de Asturias. Es un ejemplo de hasta qué punto las regiones se resisten a aplicar la mesura en un contexto de recesión. Las que sí harán un mayor esfuerzo tras Baleares y Galicia son Extremadura, Madrid, País Vasco y Aragón. Su previsión es coherente con la situación económica, que ha vaciado las arcas autonómicas, y también con el recorte aprobado por el Estado para su presupuesto, que en términos absolutos llega a los 7.500 millones, casi un 4% menos.

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En las comunidades gobernadas por el Partido Popular los planes de austeridad se presentan bajo la misma consigna: la de repetir hasta la saciedad que lo que caen son gastos superfluos y no se tocan las partidas sociales. Las tácticas para adelgazar los números, al menos en los anuncios formales que realizan las autonomías, se concentran en el gasto corriente, en las transferencias a las empresas públicas y en inversiones.

Madrid, al igual que Galicia, ambas con gobierno del PP, se han esforzado en transmitir que su austeridad empieza por reducir los sueldos de sus altos cargos, las facturas protocolarias y por eliminar las inversiones "no productivas". Valencia, que también ha presentado un plan de ahorro, dice lo mismo. Pero las tres han tocado teclas en materia social: si la Xunta ha optado por congelar los acuerdos salariales de, entre otros, el personal sanitario o por eliminar de un plumazo la gratuidad universal de los libros de texto, el gobierno de Esperanza Aguirre ha hecho lo propio con el cheque-bebé para familias numerosas o madres en situación de desempleo, que era de 100 euros. En Valencia, Francisco Camps ha congelado la partida dedicada a las universidades. Lo que no aumentarán, e incluso bajarán, serán los impuestos.

El programa de austeridad que presenta Baleares, donde el PSOE lidera un gobierno tripartito, ha ido por otros caminos. Aunque ha recortado gastos en personal, es especialmente duro con la Radio Televisión de las islas, a las que resta 40 millones. Y eso pese a que tiene 260 millones más del modelo de financiación.

Parte de los gastos en los que incurrirán las comunidades se utilizarán más que nunca para hacer frente a los crecientes déficits. Galicia cumplía, a finales de 2008, con el objetivo de estabilidad presupuestaria (del 0,75%) junto con otras seis autonomías. El techo del déficit impuesto el año que viene, del 2,5%, da un respiro a la delicada situación financiera de todas. Aquí la Xunta se aprovechará al máximo, incrementando su deuda en 1.531 millones, una magnitud "significativa", como reconoce el texto de los Presupuestos, "pero perfectamente razonable dadas las circunstancias".

No se quedará ahí, ya que arañará otro 0,25% a través de lo que se conoce como la golden rule, una herramienta contemplada en la Ley de Estabilidad Presupuestaria que permite generar déficit sin necesidad de sanearlo, aunque únicamente se puede usar para financiar inversiones productivas. Con todo, se espera que en los próximos años los números rojos sean cada vez más abultados. La deuda total de Galicia reconocida por el Banco de España alcanza hoy los 4.223 millones de euros, el 7,6% de su PIB.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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