Aprender en alta definición

Aulas en grada que emulan platós de televisión, laboratorios docentes totalmente digitalizados, clases reducidas con ordenadores de pantalla extraplana que se esconden en la mesa a la hora de tomar apuntes, un diáfano estudio de radio concebido como un escaparate desde el que se divisa la clase, producción sin cintas ni soportes analógicos. Son las nuevas instalaciones del Tau, el Taller de Audiovisuales de la Universitat de València.

Cerca del campus de Tarongers, en la manzana de la calle de Serpis, el paralelepípedo de 2.400 metros cuadrados para cuya construcción y equipamiento se han invertido cerca de cuatro millones y medio de euros, el 90% de los cuales procede de la Universitat, a través de la financiación autonómica y el resto del Ministerio de Industria, dispone de uno de los equipos tecnológicos más avanzados de las universidades europeas.

Los nuevos grados reforzarán el apoyo a la docencia del taller universitario

Las instalaciones "servirán para mejorar la formación y, por tanto, la inserción laboral de los estudiantes universitarios con tecnología de vanguardia. Esa es nuestra prioridad", afirma el vicerrector de Comunicación, Enrique Bigné.

El director del Tau, Miquel Francés, añade que la singularidad del centro universitario es precisamente "la capacidad de integrar formación", lo preferente para la Universitat, "con la producción de contenidos audiovisuales para la divulgación de la ciencia y la cultura, servicios audiovisuales universitarios, el archivo audiovisual de la universidad y, próximamente, la puesta en marcha de una plataforma multicanal de contenidos audiovisuales universitarios, educativos y culturales a través de la red". Un prisma de cinco plantas en el que converge la tecnología audiovisual para aprovechar sinergias de trabajo.

Otro rasgo que distingue los laboratorios docentes del edificio es su "gran versatilidad". Y es que el nuevo Tau, a diferencia de instalaciones similares en otras universidades, permite adaptarse a las necesidades del momento, ya que integra estaciones de trabajo capaces de saltar de la captación y el tratamiento de cualquier información, a su realización o producción para cualquier medio de difusión escrita, radiofónica, televisiva o para la red y el multimedia, algo que costó un par de años en diseñar, según explica su director.

Además de la formación, el actual taller, que nació hace 18 años en el seno de la Escuela de Magisterio, para trasladarse después como realquilado a un aulario del campus de Blasco Ibáñez, ha producido más de medio centenar de documentales de divulgación científica y cultural, que se han sido premiados en diferentes certámenes y han sido emitidos por las principales televisiones.

A diferencia de los que produce la industria audiovisual, indica Francés, "los nuestros parten de una o varias líneas de investigación y acaban convirtiéndose en un proyecto audiovisual de divulgación científica o cultural. En la mayoría de los casos suelen tener un desarrollo a partir de convenios con instituciones públicas y serían inviables económicamente por el sector audiovisual privado", con quien el taller, agrega "mantiene excelentes relaciones e intenta convertirse en nexo de unión entre éste y los jóvenes creadores".

En cualquier caso, Francés adelanta que, como en estos últimos meses, el futuro el centro estará más encaminado a la realización de material audiovisual de apoyo a la docencia, algo que exige la apremiante reforma europea de los títulos, vídeos institucionales y producciones universitarias de actos solemnes (como el honoris causa concedido por la Universitat en 2004 al último Premio Nobel en Economía, Oliver Williamson), y más con la inminente puesta en marcha de la televisión por Internet que la Universitat proyecta.