"Soy artista plástico, no coreógrafo"
"No soy coreógrafo", advierte Jan Lauwers (Amberes, 1957), el polifacético creador belga que, con su compañía Needcompany, estará hasta el próximo sábado presentando su emblemática pieza Isabella's Room en el teatro Español dentro del Festival de Otoño de Madrid. "Siempre hay esta confusión porque uso danza, texto y canciones, pero en realidad soy artista plástico y en mis trabajos escénicos hay una mezcla de todas estas disciplinas. En los años ochenta los críticos de teatro eran muy severos y muy cerrados y no sabían cómo clasificar lo que hacía, y los de danza, que eran muy abiertos, comenzaron a reseñar mis piezas, así que empezaron a invitarme a festivales de danza y desde entonces existe esta confusión".
"Necesito mezclar actores y bailarines para que haya diferentes energías"
Sin embargo, no cualquier actor puede engrosar las filas de Needcompany, el colectivo que fundó en 1986 junto a Grace Ellen Barkey y que acumula un buen puñado de obras multidisciplinares y multilingües que han seducido a audiencias de todo el mundo. "Los actores usualmente están muy centrados en la interpretación y los bailarines son diferentes, están más abiertos a experimentar e inventar, pero me gusta mezclarlos porque necesito que hayan diferentes energías al mismo tiempo".
Isabella's Room, estrenada en 2004, es la primera parte de su trilogía Sad Face / Happy Face, que se completa con The Lobster Shop y la reciente The Deer House. Son independientes pero todas tocan temas muy humanos, se pasean por el dolor pero también por el optimismo. "Amo el personaje de Zorba el griego que hizo Anthony Quinn, porque vive la vida y siempre ríe, lo lleva todo sin crisis. En este sentido, Isabella es la versión femenina de Zorba. Y es también mi filosofía de vida. No siempre es fácil pero lo intento".
Contradictoriamente, la primera y la última de la trilogía parten de historias personales con un matiz trágico. "Isabella's Room fue escrito a raíz de la muerte de mi padre y el punto de partida de The Deer House fue cuando mataron en la guerra de Kosovo al hermano de una de mis bailarinas", rememora. De su padre, justamente, heredó la escenografía de esta habitación de Isabella, historia de una mujer que ha vivido creyendo que es la hija de un príncipe del desierto. "Heredé los objetos arqueológicos de sus viajes y no sabía qué hacer con ellos, así que los convertí en la escenografía y punto de partida de esta historia, la más convencional y lineal que he hecho en toda mi carrera. Ha tenido un éxito descomunal todavía no sé por qué. Podría ser porque Viviane de Muynck, que hace de Isabella y fue la inspiración definitiva, es una actriz extraordinaria", concluye este artista inquieto que ahora mismo tiene en marcha cinco proyectos distintos: dos piezas teatrales, una película, un concierto y una exposición con su trabajo plástico, que se verá en Bélgica.
Needcompany. Isabella's Room. Festival de Otoño de Madrid. Hasta el 14 de noviembre. Teatro Español. www.madrid.org/fo
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