La ola de corrupción reconcilia a Montilla y Mas

La sangre no llegará al río. José Montilla y Artur Mas dejaron clara ayer en el Parlament su intención de rebajar el nivel de enfrentamiento entre el Partit dels Socialistes (PSC) y Convergència i Unió (CiU) por los últimos casos de corrupción. Los dos partidos entienden que recuperar la confianza de los ciudadanos pasa por dejar de echarse los trastos a la cabeza y así lo pusieron en práctica ayer ambos líderes, primero manteniendo un debate de terciopelo en la sesión de control y después dejándose fotografiar juntos en los pasillos del Parlament. De la jornada quedó un compromiso explícito de pactar no sólo las medidas anticorrupción que propone el Gobierno, sino también la tantas veces reivindicada y nunca conseguida ley electoral catalana.

"No habrá ley sin acuerdo entre Gobierno y oposición", dice Montilla

Los gestos de distensión fueron continuos en el pleno de ayer. Por la mañana ya se pudo ver a los portavoces parlamentarios de CiU y el PSC, Oriol Pujol y Miquel Iceta, departiendo relajadamente en los pasillos del Parlament, una imagen poco habitual en los últimos tiempos. Por la tarde el buen clima se extendió al debate cara a cara entre José Montilla y Artur Mas.

Ya por la mañana, Montilla había lanzado a sus diputados el reto de sacar adelante una ley electoral para que Cataluña deje de ser la única comunidad sin un reglamento propio para organizar sus elecciones autonómicas. Por la tarde, Montilla defendió la aplicación de un sistema similar al alemán, que CiU aceptaría como base para comenzar a discutir y que aboga por un doble voto: uno para escoger la lista de partido y otro para elegir directamente a un diputado por comarca, veguería o, en el caso de Barcelona, por distrito. Pero Montilla no ocultó que el pacto no será fácil, sobre todo porque el actual sistema beneficia a CiU al primar el peso del voto rural. "No tendremos ley si no nos ponemos de acuerdo no sólo los partidos de gobierno, sino también los de la oposición".

Ante las críticas del Partido Popular (PP), que no ve urgente la redacción de la nueva ley, Montilla recordó que es una asignatura pendiente "desde hace 30 años". Para el PSC la ley electoral es uno más de los mecanismos para acercar la política a los ciudadanos en un momento de máxima desafección por los casos de corrupción política en el Palau de la Música y en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet.

Pero a nadie se le escapa que en Cataluña será complicado aplicar el modelo alemán porque, de entrada, hay que discutir cómo serán los distritos electorales y cuántos diputados habrá que elegir. Actualmente hay cuatro circunscripciones, coincidentes con las provincias. En el futuro las demarcaciones podrían ser las veguerías, en principio siete, o las 41 comarcas. "El problema es saber qué tamaño tendrán las circunscripciones y cuántos diputados se escogerán", explicaron fuentes de la dirección de CiU. Las mismas fuentes vieron "difícil" el acuerdo, una sensación también bastante extendida entre las filas del PSC.

Pero CiU quiere algo más que un acuerdo sobre la ley electoral. Artur Mas emplazó a Montilla a trabajar juntos también en las medidas anticorrupción que ha preparado el Gobierno catalán y que los nacionalistas ven como un ataque a su partido. Concretamente, CiU rechaza los cambios que el tripartito quiere introducir en la ley de fundaciones para evitar otro caso Palau de la Música, a raíz del cual se ha conocido que el Orfeó Català financió la Fundación Trias Fargas, vinculada a Convergència Democràtica. "Las leyes no deben hacerse contra nadie", dijo Mas.

El acercamiento de ayer entre Montilla y Artur Mas creó cierta intranquilidad entre los socios del PSC en el Gobierno catalán, que temen que la futura ley electoral pueda perjudicar a los partidos pequeños. No se les escapa que en el sistema alemán los diputados territoriales son casi siempre de uno de los grandes partidos, socialdemócratas o democristianos, ya que su elección se hace por mayoría simple. ERC recuerda que según la posición oficial del PSC hasta hace pocos días, era demasiado tarde para abordar la ley electoral en esta legislatura y su portavoz parlamentaria, Anna Simó, apostó por listas desbloqueadas.

Iniciativa recela también de abrir completamente las listas, opinión que comparte con el PSC. Ambos partidos temen que las listas abiertas den paso sólo a políticos mediáticos.El repentino acercamiento entre CiU y PSC tuvo una lectura más crítica por parte del PP. Ajenas a los casos de corrupción que afectan al partido en Valencia, fuentes de la dirección del PP aseguraron que lo que buscan Montilla y Mas es "taparse las vergüenzas".

Relevo en Santa Coloma

El culebrón por el relevo en la alcaldía de Santa Coloma prosiguió ayer con la llegada de las cartas de renuncia del alcalde Bartomeu Muñoz y el concejal de urbanismo, Manuel Dobarco, encarcelados por orden del juez Garzón. Ambos atribuyen su renuncia a "motivos personales". En una interminable secuencia, a mediodía las cartas llegaron por fax al Ayuntamiento y, por la tarde, un funcionario recogió los originales en el despacho de los abogados en Barcelona. Pero el registro municipal estaba cerrado a esa hora, de modo que oficialmente no entrarán en el Consistorio hasta hoy.

Los originales son imprescindibles para convocar el pleno que decidirá el relevo. Pero también este extremo es una novela por entregas y no está claro si se convocará el sábado -legalmente es posible- o el lunes. Depende de la voluntad de los grupos municipales. En cualquier caso, el presidente Montilla dijo ayer que ya ha decidido quién ocupará la alcaldía. Los concejales Antoni Fogué y Núria Parlón son los nombres que suenan con mayor fuerza.