Las obras eternas de Bilbao

Los problemas técnicos, los errores de cálculo o el enredo burocrático complican el cumplimiento de los calendarios previstos en las obras públicas antes de su inicio. Se anuncian plazos que frecuentemente se incumplen. En Bilbao coinciden tres proyectos que arrastran notables retrasos: la Alhóndiga, el Teatro Campos Elíseos y el frontón de Miribilla. El Archivo Nacional Vasco ni siquiera ha comenzado a construirse, cuando inicialmente se contaba con ponerlo en funcionamiento en la anterior legislatura vasca.

El diseñador francés Philippe Starck fue contratado en 2004 por el Ayuntamiento de Bilbao para remodelar la vieja Alhóndiga, construida a principios del siglo XX, y convertirla en un centro de cultura y ocio. Cuando en 2007 se presentó el proyecto se apuntaba a junio de 2008 para abrir la primera fase. Un año más tarde, todo el complejo debía estar en funcionamiento. En noviembre del año pasado el alcalde de Bilbao aseguró que la primera fase se abriría antes de la Semana Santa de 2010, que cae a primeros de abril. Tampoco, funcionará entonces la Alhóndiga. En la ultima visita de Starck a las obras se alargó el plazo unos meses más, hasta el primer semestre del próximo año. "La espera merecerá la pena. Se recupera un edificio y lo que era un desierto se llenará de vida", dice la responsable del proyecto, Marian Egaña. A finales de enero, asegura, se determinará la fecha de apertura de la primera fase y las actividades inaugurales. Anuncia un programa sobrio, centrado en dar a conocer el espacio y los contenidos.

La fecha fijada para que el remodelado Campos, uno de los escasos ejemplos de arquitectura modernista en el País Vasco, empezara a funcionar era el primer trimestre de 2009, después de invertir 25 millones de euros, sufragados a partes iguales por el Ayuntamiento de Bilbao y la Sociedad General de Autores de España (SGAE). Ya estaba anunciada la inauguración para diciembre, pero un nuevo retraso dejara la puesta en marcha del teatro para el próximo año.

Con las obras paradas desde hace meses por la rescisión del contrato a la constructora, el frontón de Miribilla ofrece una estampa lamentable a la espera de que la Diputación de Vizcaya adjudique la finalización de los trabajos a una nueva empresa el próximo diciembre. La obra tendrá a partir de entonces un plazo de ejecución de 12 meses. Al retraso se ha unido el encarecimiento, los presupuestos han subido en más de siete millones, cuatro años después de la primera licitación.

En abril de 2006 el Departamento de Cultura del Gobierno vasco presentó el proyecto de remodelación del edificio Vesga, en la calle María Díaz de Haro, para ubicar el Archivo Histórico Vasco. Dos años más tarde Cultura optó por derribar el inmueble, una construcción de los años 30 del siglo XX, porque la estructura no era capaz de soportar las nuevas instalaciones. Las obras están adjudicadas pero aún no han empezado los trabajos.