Dan Brown y los demás
Nueva novela de Dan Brown. Llegó a las librerías del Reino Unido y en dos días había vendido 300.000 ejemplares. En Estados Unidos, de la tirada inicial de cinco millones, el primer día se vendió un millón. En España se han publicado millón y medio en castellano; 50.000, en catalán; 15.000, en gallego.
De su anterior novela, El Código Da Vinci, Brown vendió en el mundo 80 millones de ejemplares desde que la publicó en 2003. Si en ésta se mezclaban la búsqueda del Santo Grial y María Magdalena, los templarios y el Opus Dei, y todo ello a través del profesor de iconología y simbología religiosa de Harvard Robert Langdon, en El símbolo perdido la cosa va de masonería. En Washington está la Casa del Templo, una de las sedes del Consejo Supremo número 33 de los francmasones. Ahí arranca todo y en el libro hay, como en los anteriores, secretos históricos y simbologías artísticas. Si no sabe cómo imaginar al profesor Langdon, póngale la cara de Tom Hanks, el actor que lo ha interpretado en la pantalla.
Borrachera de millones con Dan Brown, ya ven. No está solo. La cosa empezó en España a la vuelta del verano con Isabel Allende y Paolo Coelho. La primera ofrece en La isa bajo el mar una trama sentimental con la esclavitud como telón de fondo y el nacimiento de la República Negra de Haití: hay un poco de magia, un incesto, la brutalidad de los campos de plantación, las luchas entre negros y mulatos y de todos contra los blancos.
El segundo ha titulado su nuevo libro El vencedor está solo y se sumerge, gracias a un multimillonario que llega al Festival de Cannes, en las turbias aguas que mueven nuestro mundo: el éxito, el dinero y la fama. El afán de triunfar y la soledad cuando se habita en las alturas (y el miedo a dejar de gustar: la anorexia y la silicona). John Boyne, tras el triunfo de El niño con el pijama de rayas, insiste en la trama histórica con vocación de melodrama.
Ahora se ha ido, en La casa del propósito especial, a la Rusia zarista que se está yendo a pique por culpa de los bolcheviques y ha querido sacar petróleo del trágico final de los Romanov y de las legendarias, andanzas de Anastasia.
Habrá más. Misterio y acción, lagrimones y moralina, los señuelos del arte y la historia, la solemnidad de los grandes gestos y un punto picante de sexo. La industria editorial muestra así su excelente musculatura para seguir atrapando al lector y su buen olfato para seguir entreteniendo. Pasen, pues, y lean.
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