Denuncias cruzadas en comisaría
El robo de droga en la Jefatura de Sevilla deviene en enfrentamiento policial
Estupefacción. Nerviosismo. Desazón. Ira. Alivio. Asombro. Los agentes de la lucha antidroga de Sevilla han vivido el último año una montaña rusa de sentimientos a cuenta del robo de 154 kilos de droga de los calabozos policiales. A la última sima descendieron la semana pasada, cuando el jefe de la unidad y dos jefes de grupo resultaron imputados por el juez. Durante 15 meses los policías estuvieron en tela de juicio y su ánimo sólo remontó con la detención del ex compañero Lars Sepúlveda como presunto autor del robo. Pero la alegría duró poco. Un mes después la investigación de la Brigada de Asuntos Internos implicó a tres mandos en el caso. La juez y la fiscalía sostienen las graves acusaciones.
Los tres imputados acusan a la brigada de Asuntos Internos de "malas artes"
"Ahora toca balance. La investigación continúa, pero es el turno de los policías imputados de defenderse y refutar las pruebas en su contra", señalan fuentes del caso. El secreto de sumario se ha levantado y esta semana se despejarán las dudas. Asuntos Internos ha denunciado los métodos de la Udyco (Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado) y los supuestos vínculos del jefe de la unidad con una banda de narcos. La respuesta del Sindicato Profesional de Policía, que representa a los inspectores ha sido igualmente dura: el SPP se queja de "la lamentable investigación y los métodos poco ortodoxos del jefe de la Brigada de Asuntos Internos, Carlos G.".
Los ánimos están encendidos y la moral baja. El calvario de los 50 agentes durante el último año se ha cobrado cuatro víctimas, pero la primera de ellas resultó fatal: un jefe de grupo falleció la pasada primavera de un infarto cerebral, propiciado, según sus compañeros, por la "irrespirable tensión". Este mando tuvo a sus órdenes a Sepúlveda hasta que éste fue expulsado del cuerpo en marzo de 2008 por su dejadez. Pero antes había dado el cambiazo con la droga en seis operaciones diferentes "durante cuatro años y con gran precisión", según la investigación.
Ahora los protagonistas son dos jefes de grupo, uno de los cuales ya está asignado a Seguridad Ciudadana, y el jefe de la unidad, que acaba de ser trasladado a esta brigada por la cúpula policial tras aconsejarlo la juez. Los tres están acusados de encubrimiento y de omisión del deber de perseguir delitos, ya que cuando conocieron el robo en julio de 2008 no lo denunciaron a la juez y decidieron buscar a "la rata" de forma interna. Una condena acabaría con sus carreras.
El desengaño entre los mandos imputados es patente. Tras el robo, éstos iniciaron investigaciones bajo el mando de la Jefatura Superior, con el riesgo añadido de que eran considerados sospechosos y como tales prestaron sus huellas y ADN. Se sabían vigilados. Y aún así, recurrieron a sus confidentes para encontrar al agente corrupto. Todos los indicios apuntaban a Sepúlveda y su amigo Manuel Sánchez. "Les han pagado su esfuerzo con una imputación", censuran fuentes cercanas a los mandos.
La acusación contra el jefe de la Udyco sugiere que protegió a uno de los clanes del narcotráfico del Aljarafe sevillano, cuyos miembros fueron antiguos confidentes suyos. Este mando compareció en el juzgado durante seis horas y debió sembrar dudas en el fiscal y la juez, ya que ambos solicitaron medidas cautelares leves. El policía destacó que él mismo había facilitado el teléfono del clan de Los Barriga para que fuera pinchado a través de la cúpula de la Jefatura. "¿En qué cabeza cabe que me acusen cuando yo soy el que da el primer paso para que los investiguen?", preguntó a la juez. El mando acusó a Asunto Internos de haber ocultado transcripciones y datos esenciales para incriminarle.
Mientras, el jefe superior, Enrique Álvarez Riestra, respaldó a los mandos en sus puestos y confió en su buen hacer. En la otra acera, la fiscal jefe, María José Segarra, defendió la investigación de Asuntos Internos, realizada "bajo estricto control judicial". El voto de confianza de Álvarez Riestra perdura, pero el viernes se siguió la recomendación judicial de relevar temporalmente al jefe de la Udyco para que el estar en el ojo del huracán no interfiera en el mando de la unidad.
En su enfrentamiento con Asuntos Internos, los tres imputados enviaron un documento interno a la Dirección General de la Policía en el que subrayaban "las malas artes empleadas con algún policía que ha denunciado a su sindicato la intimidación y coacción a la que fue sometido para sonsacarle información".
¿Y ahora? El informe de Asuntos Internos que desvela los indicios que incriminan a los policías será clave para saber quién ganará la batalla judicial en marcha.
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