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La politización eleva la morosidad de las cajas en 12.000 millones

London School concluye que tener presidentes que han sido políticos, sin experiencia profesional y sin estudios de posgrado, perjudica la gestión

Íñigo de Barrón

¿Por qué las cajas tienen más morosidad que los bancos? ¿Por qué cuentan con 9.000 oficinas más que los bancos pero casi la misma cuota de mercado que sus competidores? En definitiva, ¿por qué es un sector más débil?

Vicente Cuñat y Luis Garicano, profesores de la London School of Economics y miembros de la Fundación Fedea, han realizado un pormenorizado estudio en el que demuestran que lo que más diferencia a una caja de un banco no es su naturaleza política, como podía parecer, sino la menor profesionalización de sus gestores. Por ejemplo: sólo el 31% de los presidentes tiene estudios de master o doctorado (u otro posterior a la licenciatura); la mitad de ellos ha tenido experiencia bancaria previa y la mitad ha ocupado cargos políticos con anterioridad.

La preparación es la principal diferencia con los bancos

Según la estimación conservadora, esta situación supone que las cajas se podían haber ahorrado 12.000 millones si hubieran tenido presidentes mejor preparados y sin pasado político. La hipótesis más agresiva eleva hasta 20.000 millones la morosidad evitable.

Según este estudio, las cajas que tienen un ex político al frente, tienen 0,93 puntos más de morosidad que las que no lo tienen. Si el presidente no tiene estudios de posgrado, 0,98 puntos más. En el caso en que no haya tenido experiencia financiera, 0,93 puntos más. En total, 2,84 puntos más de morosidad para las cajas con gestores sin cualificar, que son los que cumplen las tres condiciones. En dinero, eso se traduce en 550 millones de morosidad de media más para las cajas con presidentes con menor preparación. En la obra social, representa una menor dotación de 72 millones. Cuñat y Garicano han ido calculando, caja por caja, cómo les afecta el historial de sus presidentes.

"No tenemos nada contra el modelo de las cajas y este estudio está alejado de toda la polémica actual de Caja Madrid. De hecho, creemos que hay algunas cajas que son mejores que algunos bancos. Lo que sí demuestra es que la clave es la escasa preparación de buena parte de sus presidentes", comenta Garicano. Para resaltar que el cáncer no es la política, pone como ejemplo a las cajas vascas. "Las tres tienen los consejos de administración politizados. Sin embargo, ponen a presidentes profesionales y el resultado es que las cajas están a la cabeza del sector en solvencia", dice este profesor.

Los autores bajan al detalle y analizan la influencia de la preparación académica y la experiencia bancaria en la inversión inmobiliaria, el volumen de crédito a particulares, la morosidad y los cambios en la calificación crediticia. En todos los casos, la comparación perjudica a las entidades con responsables menos preparados.

Los autores del estudio concluyen que gestionar entidades financieras es un duro trabajo que requiere experiencia para entender la política de créditos, provisiones, riesgos y diversificación del negocio. También piden que la reforma futura vaya por el camino de la profesionalización por el bien de la economía española.

Por otro lado, el director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), José Antonio Olavarrieta, aseguró ayer que las cajas triplican el mínimo de las provisiones exigidas por la normativa y cuentan actualmente con aproximadamente 26.400 millones. "Las cajas acumulan más de 48.000 millones de euros de activos dudosos y para eso deberíamos provisionar 7.200 millones, el 15%", señaló Olavarrieta, que pronunció ayer una conferencia en el salón Bolsadiner, informa Efe. "Pero las provisiones de las cajas sumaban 26.400 millones al 31 de agosto, es decir, más del triple del mínimo exigido", dijo.

El core capital, los recursos propios de máxima calidad con los que se hace frente a los riesgos asumidos, es del 7,08% de media y sumaban 102.422 millones a junio de 2009. Olavarrieta detalló que "en los últimos meses las cajas han cerrado 300 sucursales" y manifestó que el ajuste continuará con las fusiones que se están llevando a cabo.

Para negar que los avales y compras de activos sean ayudas gratuitas al sector, Olavarrieta recordó que el Tesoro Público ha ganado 1.207 millones con estos préstamos. "No se está gastando ni dilapidando dinero público en el sistema financiero español", manifestó. El director general pidió que el ICO compartiera el riesgo con la banca para que haya más crédito.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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