Atasco de 'audis' en la Xunta
Un proveedor del Gobierno compra el coche de Touriño a mitad de precio - 17 berlinas de lujo siguen aparcadas
Fue el leit motiv de la campaña. Lo que la mercadotecnica electoral llama gancho: una idea sencilla para repetir en cada mitin hasta que empiece a calar en los votantes. Ese mensaje directo capaz de desanimar al electorado de enfrente, de convencer a algunos indecisos y apuntalar el voto propio cuando las encuestas están reñidas.
Los fontaneros del PP eligieron el coche. Un Audi A8 blindado que el bipartito compró por 480.000 euros, justo antes de que estallase la crisis. Idéntico a los dos que había adquirido la Xunta en tiempos de Manuel Fraga. Como el que pasea en Madrid a Alberto Ruiz Gallardón. El modelo en el que se desplazan el president Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
Un amigo de Feijóo adquirió el A8 que éste usaba cuando era vicepresidente
El concesionario que compró el blindado opta a varios concursos públicos
Noya Sport aspira a surtir de vehículos a Medio Rural y también a Sogama
Ese automóvil fue el símbolo "del lujo y el despilfarro" que los populares atribuyeron al ex presidente Emilio Pérez Touriño, "un sultán socialista del siglo XXI", según aquel argumentario de campaña. De tan manida, la metáfora tomó cuerpo y obligó al candidato Feijóo a tener que prometer en el último mitin que nada más llegar a la Xunta, pondría el cartel de se vende al A8.
Ya como presidente lo empaquetó dentro un plan de austeridad que pretendía enajenar otra veintena de audis, de la flota que compraron distintos gobiernos del PP. En la toma de posesión de la nueva Xunta, casi tanto como los conselleiros lucieron lustrosos diez Citroën aparcados en la Plaza del Obradoiro. Con esa foto, el PP dejaba atrás la "ostentación" de sus predecesores e iniciaba una nueva era. Pero llegó el día después y la obligación de vender los coches. Estuvieron tres meses abandonados en el parque móvil hasta que las consellerías de Presidencia y Facenda trataron de darle salida mediante sendos procedimientos de permuta y subasta.
El blindado de Touriño y los dos de Fraga que en su día costaron a las arcas públicas 1,1 millones de euros salieron al mercado en un lote por 330.650 euros. La única empresa que concurrió es vieja conocida de la Administración autonómica. Noyasport SL, lleva años vendiendo coches a las consellerías. En los dos últimos ejercicios facturó al bipartito 1,6 millones de euros por 87 vehículos agrupados en veinte lotes distintos. Con el nuevo Gobierno opta a varios concursos en Medio Rural y la sociedad pública Sogama, por el sistema de renting. Pertenece a Jesús Chenel, propietario del concesionario Citroën de Santiago, la marca preferida de Feijóo desde la campaña.
A cambio de las tres berlinas, la sociedad se compromete a entregar antes de que acabe el año nueve furgonetas Citroën Berlingo adaptadas para el transporte de minusválidos y tres monovolúmenes C4 Picasso "que se destinarán también a servicios sociales".
Con la operación, Feijóo cumple su promesa electoral y la Xunta pierde, sólo en el coche de Touriño -con dos años y 157.305 kilométros- más de 200.000 euros. La consellería de Presidencia, titular del parque móvil de la Xunta (que llegó a programar visitas guiadas de periodistas al aparcamiento para mostrar cómo envejecía el Audi blindado) alega que sus gastos de mantenimiento eran elevados.
Del otro lado, Jesús Chenel, director de Noya Sport, admite que de momento desconoce el destino último del coche más famoso de Galicia. Reconoce que el A8 blindado, con sistema antibombas, no tiene fácil salida en el mercado de ocasión. Cuando decida qué hacer con él, tampoco lo contará a los periodistas.
El improvisado concesionario en que se convirtió la sede del Gobierno gallego hace dos sábados no tuvo mucha más suerte con las ventas. Presidencia pretendía recaudar 382.240 euros. Se quedó en 28.870. Y eso que un particular, Alberto González, que se presentó en la puja como "amigo" del actual presidente de la Xunta, pagó 9.830 euros por el A8 granate de 300.000 kilómetros que transportaba a Feijóo cuando era vicepresidente de Fraga. "Sé que es una buena compra porque el presidente lo cuidaba muy bien", declaró a la prensa local. Los otros dos los adquirió por menos de 20.000 euros un concesionario de segunda mano de A Coruña. Pero quedan 17 audis por vender. Presidencia se debate ahora entre rebajarlos un 15% o canjearlos para abaratar la compra de vehículos nuevos.
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