María siempre iba en coche
Muchos empleados del Casino Gran Madrid de Torrelodones maldecían ayer por la mañana el enorme atasco que había para llegar a su trabajo y que les obligaba a llegar tarde. Metidos en sus coches, no conocían la gravedad del accidente que había ocurrido prácticamente a la misma altura del casino, que se cobró la vida de una mujer y dejó 20 heridos. Lo que ni remotamente se les pasaba por la cabeza es que la única víctima mortal del siniestro era María Re, telefonista del centro, una de las personas con más antigüedad y más conocidas en el establecimiento.
En el casino trabajan alrededor de 700 personas. En una empresa de semejante tamaño, ningún empleado conoce a todos sus compañeros. Pero todas las llamadas pasaban por María desde 1996, que además estaba situada en una zona de paso para todos. "Era una de las personas más queridas aquí", explicaba ayer un portavoz de la empresa, que expresó el dolor de todos los trabajadores y sus condolencias a los familiares de la fallecida.
María fue víctima de un desgraciado accidente y de una terrible mala suerte. Era muy raro que acudiese a trabajar en autobús. Iba normalmente en un coche que, según fuentes cercanas, estaba estropeado y había llevado recientemente a un taller. Eso le hizo levantarse más temprano de lo normal para llegar hasta el intercambiador de Moncloa a primerísima hora de la mañana, coger el autobús de la línea 611 que va desde Madrid hasta Hoyo de Manzanares y escoger el sitio más cercano al conductor. Justo en el lado que impactó con el camión grúa que le causó los severos politraumatismos que acabaron ayer con su vida.
María, de 46 años, no estaba casada y no tenía hijos, según un portavoz del casino.
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