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Alivio en la derecha francesa por la retirada de Jean Sarkozy

Acepta ser consejero raso del ente que dirige La Défense

Antonio Jiménez Barca

Jean Sarkozy, el hijo menor de Nicolas Sarkozy y epicentro de una tormenta política que sacude Francia desde hace dos semanas, fue elegido ayer miembro raso del consejo de administración de la EPAD, el organismo público que regula el desarrollo de La Défense, el barrio de los negocios de París. El hijo del presidente se quedará ahí: no aspirará a la presidencia del organismo tras renunciar el jueves, en una entrevista sorpresiva y televisada.

Ayer, en el discurso que precedió a la votación para su nuevo cargo, un tranquilo Jean Sarkozy, de 23 años, adoptando un estilo al hablar que recuerda al de su padre, pasó de puntillas por la polémica pero pidió "respeto por su decisión y su vocación política".

Su renuncia fue recibida con alivio por la derecha, que así tapa una brecha por la que se le escapaban votantes y credibilidad, y con regocijo por la izquierda, que durante dos semanas no ha cesado de acusar al padre de nepotismo y al hijo, de irresponsabilidad y ambición desmedida.

Jean Sarkozy decidió renunciar el jueves por la mañana, después de una conversación con su padre, según reveló ayer Le Monde. En verano, ambos comentaron la posibilidad de la candidatura y coincidieron en que levantaría algunas ampollas y suscitaría algunas críticas. Pero no esperaban lo que se les venía encima.

Los expertos de comunicación del Elíseo comprobaban, desde hacía dos semanas, que los comentarios críticos de los oyentes de la radio y los mensajes enviados a los periódicos pertenecían, en buena parte, a votantes conservadores. Es decir: la bola de nieve mediática había hecho mella en el electorado de Sarkozy (padre).

Además, los comentarios, caricaturas y editoriales dedicados a Jean Sarkozy en los que aparecía como hijo iletrado de papá habían afectado al interesado hasta el punto de arrojar la toalla.

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Tras la renuncia, no hubo político ni miembro de un colectivo que no comentara el asunto. Tres ejemplos: François Fillon, primer ministro, aseguró que Jean "aprovechará" está decisión para su carrera política. Aurélie Filippetti, del Partido Socialista, consideró que "Jean se hace la víctima, como su padre". Julian Bayou, del colectivo Salvemos a los ricos, ironizó: "Sale en la tele y dice que se presenta. Luego sale para decir que no. Es un poco el Paris Hilton de la vida política francesa".

Jean Sarkozy, ayer en Nanterre.
Jean Sarkozy, ayer en Nanterre.REUTERS

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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