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La plantilla de Ford aprueba el convenio por mayoría abrumadora

La propuesta de la compañía, apoyada por UGT, recibe el 75,1% de los votos

Miquel Alberola

Ahora sí. Los trabajadores de Ford Almussafes ratificaron ayer la propuesta de convenio colectivo ofrecida por la empresa tras haberla rechazado el pasado mes de abril por 115 votos contra todo pronóstico. Y lo hicieron de forma abrumadora: 3.801 votos (el 75,1%) contra 1.047 (20,7%). Las urnas recogieron 5.060 votos (el 73,8% de participación) de un censo de 6.854 trabajadores. Sólo el 4,2% de los escrutinios fueron nulos o en blanco (212).

Ahora se trataba de todo o nada. Y los sindicatos volvieron a acudir divididos a las urnas para votar un paquete que, además del convenio, incluía las condiciones del nuevo expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 600 empleados de la factoría de Ford Almussafes. La mesa negociadora del convenio estuvo paralizada desde abril, cuando los trabajadores rechazaron la propuesta (2.542 contra 2.427), y desde entonces entre UGT, que defendía la propuesta, y el resto de sindicatos (CC OO, CGT y STM), que la rechazaban no se había producido ninguna aproximación.

La semana pasada la compañía movió ficha. Aceptó la voluntariedad de las 600 bajas que producirá el nuevo ERE, como exigía UGT, y aportó fórmulas para que el reajuste no sea traumático, y con el compromiso de convertir en fijos a trabajadores temporales. La planta tiene 1.300 trabajadores jubilables hasta 2014 y 700 relevistas que, gracias a la jubilación parcial, se convertirán en contratados fijos.

Del resto, los 600 trabajadores contemplados en el ERE, 400 serán recontratados en el plazo de tres años (manteniendo antigüedad, categoría y contrato fijo) o podrán irse con incentivos. Además, Ford completará la prestación hasta el 90% del sueldo durante el tiempo que permanezcan en paro, incluso si se les agota el desempleo. Las determinaciones respecto a los otros 200 se plantearán en el siguiente período. El resto de la propuesta de convenio, que tendrá una duración de cinco años, sigue como estaba, con el incremento salarial que marca el IPC, que para 2009 es de 2 puntos.

El director de Fabricación de Ford Almussafes, Antonio Adés, valoró el resultado: "Los trabajadores han sabido reconocer y valorar las condiciones del convenio colectivo y lo han visto como uno de los mejores en la industria del automóvil en España".

El secretario general de UGT en la fábrica, Gonzalo Pino, manifestó anoche sentir "una satisfacción tremenda" y resaltó el "respaldo importantísimo" de los trabajadores a la propuesta de convenio y las condiciones del ERE "en una situación tan complicada". "El resultado", destacó, "demuestra que es posible negociar en tiempos de crisis". Según su análisis, el vuelco a la situación en las urnas proporciona "un período largo de estabilidad" a la fábrica de Almussafes, que se posiciona ante la compañía como "una de las mejor preparadas" de cara al futuro.

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Pino subrayó aspectos del nuevo convenio, como el incremento salarial, el plan de jubilaciones con relevos y la desaparición del artículo 51, por el que la empresa ofrecía 20 días por año trabajado en caso de despido, lo que allana el camino para seguir negociando detalles en los próximos meses. El sindicato va a proponer a Ford España que proceda mañana a la firma del convenio. Pino apuntó que propondrá asimismo que en el acto esté presente la Administración para que sirva de aval y "se comprometa a cumplir lo que promete".

Por su parte, el líder de CC OO en la planta, Miquel Rosaleny, que propugnaba el voto en contra, atribuyó las mejoras hechas por la empresa a la presión realizada por los sindicatos minoritarios, toda vez que las consideró "insuficientes". Rosaleny imputó el resultado de las urnas a los "meses duros" que siguieron al rechazo del convenio. "Entonces todavía no habían empezado los expedientes fuertes y la empresa los ha utilizado para desgastar a la plantilla", afirmó. "Los ERE han hecho mella en los trabajadores, que se han quedado con el 70% del sueldo, y el último, el de extinción de 600 puestos de trabajo, ha sido definitivo". "Han vencido por agotamiento", remató.

UGT recupera su posición

La anterior propuesta de convenio de Ford fue rechazada por 115 votos el pasado 7 de abril. Un estrecho margen, pero sorprendente en una planta en la que UGT cuenta con una amplia mayoría sindical (el 80,63% de los afiliados). El sindicato sólo logró el apoyo de 2.427 trabajadores, frente a los 2.542 que votaron en contra. La explicación de esta desautorización estaba en la ausencia en el acuerdo de jubilaciones parciales (que facilitaban la contratación temporal de los relevistas), la supresión del tercer turno por los reajustes de producción (sus trabajadores cobraban 6.000 euros más que el resto) y la reducción de comedores (revisión de la subvención aportada por la empresa y reajuste del tiempo de comida en 15 minutos).

CC OO, CGT y STM, que habían rechazado de la propuesta, interpretaron el resultado como un signo de cambio en el orden sindical y apretaron el acelerador. Con el dominio sindical de la planta, UGT había alcanzado un acuerdo con el presidente de Ford Europa, John Fleming, en 2007 para garantizar la viabilidad de la fábrica a medio plazo, con inversiones (425 millones de euros) y carga de trabajo. El convenio propuesto era el complemento a ese acuerdo que Fleming reimpulsó en marzo, con los matices de producción impuestos por la caída de la demanda: fabricar en exclusiva en Almussafes los nuevos monovolúmenes C-Max y Grand C-Max y el motor Duratec 2.0 GTDI Ecoboost.

El rechazo de la propuesta dejaba el acuerdo de 2007 en el aire y motivó asimismo la retirada por parte de Ford de los compromisos condicionados a la firma del expediente en marcha que suprimía el tercer turno. A finales de junio, tras un paréntesis de espera a las propuestas alternativas de los sindicatos minoritarios al convenio, UGT recuperó la iniciativa dirigiendo a sus afiliados una propuesta acompañada de un esfuerzo pedagógico, que ahora le devuelve la autoridad en la planta.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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