El 'caso Millet' incendia la justicia

Guerra abierta en la justicia por la investigación judicial del saqueo del Palau de la Música. En una acción sin precedentes la fiscalía compareció ayer ante la prensa para rebatir punto por punto los argumentos del auto del juez Juli Solaz que deja en libertad a Fèlix Millet y Jordi Montull. La fiscalía considera que la ley permite acordar la prisión incondicional y que no es necesario modificarla, en contra de lo que sostiene el juez en su auto.

Prisión incondicional para ambos acusados es la medida que reclamó la fiscalía el pasado día 19 cuando Millet y Montull fueron citados a declarar, cuatro meses de presentarse la querella y ésa es la petición que volverá a plantear ante la Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona en el recurso que se está ultimando a partir de tres argumentos: riesgo de fuga, destrucción de pruebas y la gravedad de la pena que se les pueda imponer tras el juicio.

El auto de libertad de Millet y Montull concluye con una frase justificativa en la que el juez explica: "si alguien pretende que los jueces acuerden prisiones provisionales al margen de los criterios legales deberá dirigirse al legislador o a los partidos políticos".

"No dudamos de la honorabilidad ni de la independencia del juez, pero sí pensamos que su resolución no es adecuada, porque la ley no es automática y deja margen de ponderación. La prueba es que otros órganos judiciales han dictado resoluciones distintas en casos parecidos", precisó la fiscal superior de Cataluña, Teresa Compte.

"La fiscalía sigue pensando que Millet y Montull deben ir a prisión y, por eso, volveremos a recurrir", proclamó Compte. La acompañaban el fiscal que investigó el caso y presentó la querella, Emilio Sánchez Ulled, y Francisco Bañeras y Pedro Ariche, los dos fiscales que ahora llevan la investigación.

"Los hechos nos han dado la razón", recordó el fiscal Emilio Sánchez Ulled, en referencia a la gravedad de la estafa cometida y en la necesidad de que el juez hubiera actuado con más celeridad y decisión para atajar el saqueo del Palau y la destrucción de pruebas.

El incendio que ha originado el caso en la justicia se evidenció también en el pronunciamiento que hizo la junta de jueces de instrucción de Barcelona, a la que acudieron 20 de los 33 magistrados compañeros de Solaz. La junta concluyó con el acuerdo -se ignora con qué resultado porque el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña no lo aclaró- de solicitar de este organismo y del Consejo General del Poder Judicial que se estudien si las declaraciones de dos magistrados "pueden ser motivo de algún tipo de sanción disciplinaria".

Esos dos jueces son Santiago Vidal y Maria Sanahuja, adscritos a la Sección Tercera y Decimoséptima de la Audiencia de Barcelona. Vidal aseguró que Juli Solaz era conocido como el "juez caracol" por su lentitud y Sanahuja mostró su "extrañeza" por algunas decisiones adoptadas por Solaz durante la instrucción.Los tres coordinadores en Cataluña de la asociación Jueces para la Democracia salieron ayer en defensa del juez Juli Solaz, del que dijeron que "le avala una sólida trayectoria" y, por ello, expresaron "públicamente su apoyo y confianza en la labor de instructor". Al mismo tiempo, los tres coordinadores de esa asociación aseguran que respetan las opiniones que desde los medios de comunicación se han expresado sobre la instrucción de la causa, pero calificaron de "desafortunadas e inadecuadas" las críticas de Santiago Vidal y Sanahuja al considerar que "pueden provocar de manera injustificada la desconfianza en la Administración de Justicia". Se da la circunstancia de que tanto Solaz como Vidal y Sanahuja están asociados a Jueces para la Democracia.

El portavoz oficial de Jueces para la Democracia, Miguel Ángel Gimeno, anunció ayer que el secretariado de la asociación no se pronunciará sobre la cuestión y aseguró que la postura de los coordinadores en Cataluña es a título personal.

El acuerdo de la junta de jueces de tramitará la decana, Maria Josep Feliu, quien anteayer también hizo una cerrada defensa de Solaz, del que dijo que era una persona "meticulosa".