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Sanitas saca a un paciente del quirófano porque debía un recibo

Elena G. Sevillano

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Un total de 166,44 euros. Ése era el dinero que Jesús Pérez debía a su aseguradora médica, Sanitas. El hombre, de 59 años, estaba el pasado lunes en el quirófano, con la vía intravenosa puesta, el oxígeno, las gotas de anestesia local y el desinfectante cubriéndole el ojo que le iban a operar. Sólo entonces Sanitas se dio cuenta de que el último recibo trimestral no estaba pagado. La compañía llamó a la clínica oftalmológica, Vissum, y denegó la autorización para intervenirle.

"Es la primera vez que estando un paciente preparado la compañía deniega la operación", afirmó ayer una portavoz de Vissum. El hombre, ciego y con la movilidad reducida, se tuvo que volver a casa. Sanitas no pudo explicar lo sucedido. "Sentimos muchísimo lo que ha pasado", dijo una portavoz, que subrayó que había "un recibo pendiente" La esposa de Jesús, Aurora Gil, aseguró que Sanitas nunca les avisó de la falta de pago, que tenían domiciliado. De hecho, el volante expedido por Sanitas que autoriza la operación tiene fecha de sólo cinco días antes. La clínica asegura que "un cirujano no puede intervenir si no hay autorización" de la aseguradora.

"Han tratado a mi marido como un perro por 166 euros", se lamentaba ayer Aurora. Jesús, vendedor de cupones de la ONCE, se operaba de cataratas para tratar de recuperar algo de visión en su único ojo. "¿No podían operar y luego arreglar el tema burocrático?", se preguntaba Jesús. La pareja saldó la deuda el mismo día y ya tiene nueva fecha para la intervención.

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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