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Detenido el conductor del autocar en el que murió una menor en Girona

Los Mossos achacan el accidente a una imprudencia - La joven participaba en el viaje de 53 estudiantes holandeses a Calella - 20 compañeros resultaron heridos

Rebeca Carranco

Panza arriba con los cristales rotos y parte del techo aplastado yacía ayer por la mañana un autobús holandés de dos pisos en la salida 5 de la AP-7, a la altura de Bàscara (Gironès). Lo rodeaban 20 vehículos de bomberos, una docena de coches de los Mossos d'Esquadra, varias ambulancias y una grúa enorme. Los bomberos y los agentes policiales concentraban todos sus esfuerzos en sacar a ocho jóvenes atrapados en el amasijo de hierros. No pudieron evitar que una joven holandesa de 16 años muriera en el accidente y otros 20 jóvenes necesitaran atención médica. Pero podría haber sido mucho peor. La fortuna hizo que el vehículo diera un golpe seco contra el suelo, en lugar de arrastrarse por el asfalto. Eso evitó mayores males, según explicó el responsable de los bomberos en Girona, Enric Cano.

El autobús tomó una salida indebida que está a 44 kilómetros de su destino
El chófer dio negativo en las pruebas de drogas y alcoholemia

Los Mossos han detenido al conductor, un hombre de 50 años, por una falta de imprudencia grave con resultado de muerte. Está previsto que hoy se celebre un juicio rápido contra él en Figueres. El sueño o una distracción son las dos principales hipótesis del siniestro que barajan los agentes.

Ocurrió a las 6.20. Un grupo de 53 estudiantes de la escuela Casinus Collage de Nijmegen, en Holanda, y 6 monitores se habían subido al autobús la tarde anterior con destino a España. Les esperaba una semana en Calella (Maresme). El hotel H-Top Calella Palace iba a ser el centro de operaciones. Desde allí tenían previsto viajar cada día a Barcelona. Como el trayecto desde Holanda es largo (más de 14 horas), a medio camino cambiaron de conductor. Cuando ya sólo quedaba una hora para llegar a Calella, el vehículo salió por donde no debía, tomó una recta, luego no pudo continuar por la curva cerradísima que seguía, rompió la valla protectora de la autopista, volcó y quedó panza arriba. La mayoría de los pasajeros dormían.

Una hora después, varios estudiantes de entre 14 y 17 años estaban sentados en el margen de la autopista, una especie de zona verde, tapados con mantas. Algunos llevaban vendas en la cabeza, otros cojeaban. Por el suelo, chaquetas, almohadas, papeles... Los adolescentes y los profesores se movían silenciosos entre los restos del autobús. A un lado, oculta discretamente tras un coche de los Mossos d'Esquadra, una manta térmica tapaba el cadáver de una joven de 16 años.

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De las 60 personas que viajaban en el vehículo, 20 fueron derivadas al hospital Josep Trueta de Girona y al hospital de Figueres. En un principio se habló de una menor de 15 años herida de gravedad, pero a medida que pasaban las horas fueron recibiendo el alta casi todos. A última hora de ayer, sólo quedaban cinco personas ingresadas y no se teme por su vida.

El resto de los pasajeros, ilesos o bien con pequeñas contusiones, continuaron el viaje en otro autobús hasta el hotel en Calella. Allí les esperaban varios psicólogos, dos enfermeras y dos ambulancias que atendieron a los adolescentes y una pareja mossos que custodiaron en todo momento la puerta del hotel. Los especialistas aseguraron que estaban tranquilos a pesar del episodio que acababan de vivir.

Su deseo es regresar a su casa cuanto antes, según explicó el cónsul de Holanda en España, Jan-Jaap van de Velde. Algunos padres viajaron ayer a España para estar junto a sus hijos y emprender con ellos el viaje de vuelta, que previsiblemente ser realizará hoy.

También hoy está previsto que se celebre el juicio contra el conductor en Figueres. El hombre dio negativo en el control de alcoholemia y de drogas, pero los agentes le detuvieron para garantizar su comparecencia ante el juez. Los Mossos barajan las hipótesis de que se durmiera o bien se distrajera al volante porque tomó la salida 5, cuando para llegar a Calella debía continuar hasta la 9, a 44 kilómetros del lugar del accidente. Un portavoz de la compañía de autobuses, Landing Reizin, explicó que el conductor dio un volantazo para no chocar contra "un objeto" que se encontró en medio de la carretera.

El de ayer es el segundo accidente que sufre un autobús de holandeses en España en menos de tres meses. El 31 de julio, seis personas murieron en un siniestro en Sant Pol de Mar (Maresme) y otras 30 resultaron heridas de gravedad. En aquella ocasión, los turistas regresaban de una excursión a Barcelona y el conductor se equivocó de salida y tomó la cruva con un significativo exceso de velocidad.

PERE DURAN

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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