El 'lehendakari' advierte de que no aceptará "cualquier cosa" de Zapatero
El PSE vizcaíno renueva a la mitad de su ejecutiva con la vista puesta en 2011
El apacible congreso que los socialistas vizcaínos celebraron ayer en Bilbao encontró en el discurso final de Patxi López su punto de mayor interés. Fortalecido quizá por el reciente apoyo del PSOE al blindaje del Concierto vasco en el Congreso, el lehendakari y líder del PSE lanzó ante los más de 300 delegados reunidos en el Palacio Euskalduna un contundente aviso a navegantes. "Vamos a defender con firmeza los intereses de Euskadi y no aceptaremos cualquier cosa, por muy socialista que sea el Gobierno de España con el que negociamos", advirtió.
No fue la única apreciación que López hizo sobre política general. El líder de los socialistas vascos valoró también el acuerdo entre PSOE y PNV para la aprobación de los presupuestos del Estado y celebró que "los nacionalistas se impliquen en el proyecto compartido que es España", pero les achacó que ayer saliesen de nuevo "a la calle, de la mano del abertzalismo radical", a protestar contra una decisión de los jueces que pretende impedir que siga habiendo "tapaderas políticas para dar cobertura a la violencia de ETA". Una crítica que reprodujo por igual en Bilbao y, unas horas antes, en el congreso que los socialistas alaveses celebraban en Vitoria.
Pastor sale reelegido como secretario general con más del 94% de los votos
Los socialistas centran en Vizcaya su reto, su "prueba de fuego" electoral
Las declaraciones de López pusieron la salsa a un concilio vizcaíno que en ningún momento se salió del guión esperado. Su gran triunfador fue José Antonio Pastor, quien salió reelegido como secretario general para un tercer mandato consecutivo. No encontró oposición y obtuvo 271 de los 288 votos emitidos, lo que supone un respaldo del 94,1%. Durante los cuatro próximos años tendrá que compatibilizar su liderazgo territorial con los cargos de secretario de Relaciones Institucionales y portavoz en la ejecutiva de Euskadi, sólo una muestra más de su creciente peso en el partido.
El cónclave sirvió también para renovar a casi la mitad de la ejecutiva vizcaína. Al contrario de lo ocurrido en el congreso vasco de hace dos semanas, la dirección territorial se redujo ayer en dos integrantes, hasta los 35, e incorporó 16 caras a su organigrama, representadas en su gran mayoría por jóvenes. "Una perfecta combinación de experiencia y savia nueva", resumió convencido Patxi López. No obstante, la cúpula mantiene alguno de sus nombres habituales, que en algunos casos han rotado de cargo: Txema Rodríguez Orrantia, Melchor Gil, Iñaki Egaña, Begoña Gil,... Los varones mantienen su hegemonía con 21 representantes.
Presidida por el alcalde de Barakaldo, Tontxu Rodríguez, la convención se prolongó durante casi cinco horas y contó con la presencia de consejeros del Ejecutivo como Rodolfo Ares, Idoia Mendia e Iñaki Arriola; el secretario de Organización de los socialistas guipuzcoanos, Miguel Ángel Morales, y el delegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces.
El congreso aprobó el informe de gestión de Pastor sin votos en contra y con alguna abstención, y la resolución política por unanimidad. Esta última fija su objetivo en las elecciones municipales y forales de 2011 y se plantea como mayor reto lograr la Diputación.
La clausura corrió a cargo de los dos grandes protagonistas de la jornada. José Antonio Pastor asumió su cargo con "responsabilidad" y celebró "el final de la lectura obligadamente nacionalista de la realidad vasca", pero apuntó la necesidad socialista de "llegar a zonas en las que hasta ahora no se tenía presencia". Para ello, garantizó su compromiso contra el terrorismo y la crisis, además de su apuesta por la transparencia administrativa, los derechos sociales, la cultura vasca, el autogobierno y el poder municipal.
López destacó el papel de Vizcaya como el territorio con más afiliados del PSE, la "cuna" del socialismo español y la "tierra de grandes líderes del partido" como Facundo Perezagua, Indalecio Prieto o Ramón Rubial. "Es nuestra historia la que nos avala y la que nos obliga a cumplir las enormes expectativas puestas sobre nosotros", avisó el lehendakari, quien destacó el "contacto permanente" de su formación con la realidad vasca y la necesidad de poner "las miras en la juventud". "Vizcaya es el reto. Nuestra prueba de fuego", concluyó, entre la aclamación de los presentes.
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