"El tribunal es de izquierda, yo sigo adelante"
La sentencia de ayer fue festejada por muchos lectores en las webs como un acto de dignidad que devuelve la credibilidad al país. No opinó lo mismo, ciertamente, el único perjudicado de la decisión. Silvio Berlusconi, saliendo del palazzo Grazioli, no se pudo contener y lanzó la siguiente arenga a las cámaras: "Yo sigo adelante. El Tribunal está politizado. Es de izquierdas y no es un órgano de garantía sino un órgano político. Debemos gobernar cinco años con o sin Laudo. Nunca creí en él porque una Corte Constitucional con 11 jueces de izquierdas es imposible que aprobara todo esto". Luego, atacó a los periódicos de izquierda, a los programas de televisión de izquierda, e incluso al jefe del Estado, "que ya sabéis de qué parte está", dijo. Napolitano replicó que él es absolutamente imparcial y está de la parte de la Constitución. Para concluir, el primer ministro dijo: "A mí estas cosas me potencian. Seguimos adelante. Viva Berlusconi".
"A mí estas cosas me potencian. Viva Berlusconi", dice el primer ministro
[Horas después, Il Cavaliere acudió al programa de la RAI Porta a porta, donde criticó de nuevo al presidente de la República, Giorgio Napolitano. "Él había garantizado con su firma que la norma era válida pero después no ha influido en los jueces de izquierda para que dieran el visto bueno a la ley", ha denunciado.]
A la misma hora en que el Tribunal Constitucional emitía su veredicto, los teletipos recogían noticias de un juzgado romano que explicaban con absoluta sencillez el origen de la larga y procelosa historia de empresa, poder, mentiras e impunidad que ha caracterizado la carrera política de Silvio Berlusconi.
Durante la audiencia del juicio contra el jefe de policía Mario Mori y el coronel de Carabineros Mario Obinu, acusados por no haber arrestado al capo mafioso Bernando Provenzano en 1995, un arrepentido de Cosa Nostra llamado Nino Giuffré lanzó acusaciones muy duras contra Marcello dell'Utri (mano derecha de Berlusconi desde los años setenta) y contra el movimiento político cofundado por ambos en 1993, Forza Italia.
Según este colaborador de la justicia, tras el arresto de Vito Ciancimino, alcalde mafioso de Palermo, en 1993, "la Democracia Cristiana y el Partito Socialista llegaron al ocaso y en Cosa Nostra nació un nuevo discurso político. Había que apoyar a un nuevo sujeto político: era Forza Italia".
El arrepentido aclaró que uno de los puntos de referencia políticos de la Cosa Nostra, tras el naufragio de los partidos históricos, fue siempre Marcello dell'Utri. El amigo siciliano de Berlusconi está condenado a nueve años en primer grado por asociación mafiosa, y estos días se celebra la causa del recurso en Palermo.
El ascenso de Berlusconi desde la construcción, las televisiones privadas y los contactos con mafiosos (el convicto capo Vittorio Mangano vivió largo tiempo en su residencia de Arcore como mozo de cuadras), hasta el poder político y el triunfo en tres elecciones generales distintas ha marcado la historia del país en los últimos 25 años.
Aunque Berlusconi ha sido investigado e imputado decenas de veces, el hombre más rico de Italia ha logrado siempre salir indemne y fabricarse la inmunidad. Al tiempo, varios de sus colaboradores más cercanos han sido condenados, como el propio dell'Utri, o su ex abogado Cesare Previti (que sobornó en su nombre al juez que decidió el litigio por el Grupo Mondadori a favor de Berlusconi, ahora castigado en primer grado con una indemnización de 750 millones de euros). El Caimán siempre salió airoso. Pero ahora tiene miedo.
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