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La juez imputa por cuatro homicidios imprudentes a la arquitecta de Sant Boi

La magistrada estima que el túnel de bateo tenía graves deficiencias estructurales

Carmen Ruiz, la arquitecta del Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, se sentará en el banquillo de los acusados por el derrumbe del pabellón de béisbol de la localidad. En el suceso, ocurrido el pasado 24 de enero, murieron cuatro niños de entre 8 y 10 años, y nueve personas resultaron heridas: siete menores que jugaban al béisbol y dos monitores. Los niños practicaban con el bate en una edificación construida para ese fin, un túnel de bateo que cedió por las fuertes rachas de viento que afectaron a toda Cataluña ese día, especialmente al Baix Llobregat, donde los registros superaron los 120 kilómetros por hora.

Pese a que el Consistorio, dirigido por el socialista Jaume Bosch, se sacudió desde el primer momento las culpas achacando el accidente a "fenómenos meteorológicos excepcionales", la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Sant Boi ve indicios de delito. La arquitecta municipal que redactó y ejecutó el pabellón está acusada de cuatro homicidios imprudentes y nueve delitos de lesiones, según el auto judicial. La magistrada considera que el edificio tenía graves deficiencias estructurales que causaron el siniestro.

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"Del informe pericial se desprende que la edificación no reunía las condiciones necesarias de solidez y seguridad requeridas para la función a que se hallaba destinada, por lo que ponía en manifiesto la existencia de un estado latente de riesgo", reza el auto. El edificio, que fue construido en 1993 y nunca fue sometido a una revisión completa, tenía varias deficiencias, según los peritos: los muros de carga carecían de hormigón en su interior, lo que les habría dado mayor firmeza; el muro no contaba con elementos armados para aumentar su sujeción, y las esquinas no estaban reforzadas con hormigón armado; otras carencias en la sujeción de las vigas y el techo restaban consistencia a la edificación.

Con estos indicios, la juez concluye que "el conjunto estructural era incapaz de soportar la sobrecarga de viento, porque el muro de carga no tenía las condiciones de rigidez necesarias y no estaba atado con el pórtico de ninguna manera". El pórtico, la estructura hecha a base de las vigas y los pilares, no estaba unido a la fachada, algo que constaba en el proyecto de construcción y posteriormente no se respetó.

Basándose en estas conclusiones, la juez imputa a la arquitecta municipal los cuatro delitos de homicidio imprudente y nueve de lesiones. De ser declarada culpable, la acusada podría ser condenada a una pena de entre uno y cuatro años de cárcel por cada homicidio e inhabilitada para el ejercicio de su profesión, que continúa desarrollando en el Consistorio. A juicio de la magistrada, "el proceder descuidado" de la arquitecta originó el riesgo de derrumbe.

El Ayuntamiento de Sant Boi decretó ayer silencio institucional, por considerar que el auto de la magistrada no prueba los hechos. "Estamos en el inicio de la investigación; todos los datos deben ser contrastados y no hay que hacer juicios de valor", explicó el abogado municipal, Cristóbal Martell. El gobierno local se escuda en sendos informes que, tras el accidente, pidió a la Universidad Politécnica, el Colegio de Arquitectos y el Colegio de Ingenieros de Puentes y Caminos: los trabajos concluyen que, si bien el túnel de bateo tenía deficiencias, el viento fue el causante principal del derrumbe.

Mientras avanzan las diligencias judiciales, en el Club de Béisbol Sant Boi se recuerda cada día el grave accidente. Por orden judicial, los restos del pabellón continúan en el sitio en el que cayeron y esas ruinas hacen más dura la actividad cotidiana, reconoció ayer el presidente del club, Avelino Vázquez: "Está mal, muy mal. Lo ve todo el mundo y no podemos hacer nada".

Estado en el que quedó el pabellón de bateo de Sant Boi el pasado 24 de enero.
Estado en el que quedó el pabellón de bateo de Sant Boi el pasado 24 de enero.MARCEL·LÍ SÀENZ

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