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Lucian Freud se 'reúne' con Francis Bacon en el Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Lucian Freud, uno de los artistas vivos más importantes del expresionismo figurativo británico y Francis Bacon, quien le influyó de forma definitiva como pintor y con quien mantuvo una gran amistad volverán a estar juntos -de alguna manera- en Bilbao. La obra de Lucian Freud (Berlín, 1922) Reflejo con dos niños (autorretrato) se expone desde ayer y hasta el 10 de enero próximo en el Bellas Artes junto al cuadro Figura recostada ante un espejo, de Bacon (Dublín, 1909-Madrid, 1992). La intención de la pinacoteca bilbaína al colocar un cuadro al lado del otro es generar un "diálogo" entre dos pintores de la misma corriente artística y que comparten un gran interés por la representación de la figura humana, señaló ayer Jaime Viar, director del Bellas Artes.

Además, las dos pinturas comparten el recurso de la visión especular, que refleja y, al mismo tiempo, deforma la realidad. "Freud se autorretrata utilizando para ello un espejo que coloca a sus pies, de lo que resulta un intenso contrapicado y que la lámpara que hay sobre su cabeza parezca una figura abstracta", según explicó la conservadora de la pinacoteca, Ana Sánchez Lasa. En el ángulo inferior izquierdo aparecen los hijos del artista, Rose y Ali. El lienzo, pintado en 1965 es uno de los más representativos de la carrera de Lucian Freud, nieto del creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, cuya familia se trasladó a Londres poco antes de que estallara la segunda guerra mundial.

Las obras de Freud y Bacon que ahora coinciden en el Bellas Artes fueron realizadas con apenas seis años de diferencia y ambas, según Viar y Sánchez Lasa, evocan la soledad de la existencia contemporánea. El reflejo de Lucian Freud pertenece al Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y llega a Bilbao gracias al programa La obra invitada, financiado por la fundación del Banco Santander, que se viene desarrollando desde hace cinco años.

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