Jueces

La Asociación Profesional de la Magistratura (APM) no se ha querido quedar atrás en la ola de protestas y quejas que está generando ya el proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado de 2010 y ha convocado para esta semana una huelga de jueces por considerar que no se recogen las inversiones necesarias con las que mejorar el actual sistema judicial. Tal vez secundando los llamamientos a la huelga general que se están lanzado desde los ámbitos más a la izquierda del PSOE, los jueces afiliados a la organización mayoritaria y más conservadora, optan por la táctica de "brazos caídos". Y la secundan en solitario, sin que se sumen el resto de entidades profesionales que sí, en cambio, convocaron la anterior huelga del pasado mes de febrero de la que se desmarcó, precisamente, la APM. Además, por si hubiera alguna duda sobre las verdaderas intenciones de esta singular huelga, fijada para este jueves, su convocatoria ya estaba prefijada con antelación, antes, incluso, de que se dieran a conocer los detalles de los presupuestos que ahora rechazan y previamente, también, a la presentación del Plan Estratégico para la Modernización de la Justicia puesto en marcha por el Gobierno. Una iniciativa, impulsada por el actual ministro de Justicia, Francisco Caamaño, que ha tenido una buena acogida en el estamento judicial, ya que recoge, precisamente, las principales reivindicaciones que plantearon los jueces con su primer paro nacional. De modo que si ya de por sí resulta chocante una medida de este tipo entre tan distinguido colectivo, más lo es cuando se comprueba cómo unos escogidos funcionarios deciden plantarle cara al Ejecutivo, sin argumentos suficientes, sin reparar si quiera en el grave daño que se le infringe a un modelo judicial ya de por sí seriamente tocado, con ellos incluidos, por supuesto. La reacción que demandan con esta protesta ya se ha producido. Habrá más jueces, más recursos y reformas del sistema procesal según dicho plan que se aplica, no se olvide este dato, a pesar de encontrarnos inmersos en una etapa de restricción y fuerte crisis económica. Puede que se quede corto dada las carencias existentes pero resulta, cuanto menos, de pronóstico reservado la actitud de estos sacrificados servidores de lo público que tiran por la calle de en medio en el peor momento posible y cuando se trabaja en el ámbito judicial de forma seria y concertada para dotarnos de un mejor sistema para todos. El presidente del TSJA, Augusto Méndez de Lugo, les ha pedido a los huelguistas sentido de Estado. Después de lo dicho, está claro que eso es mucho pedir para este personal tan levantisco siempre contra los mismos.